Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CIUDAD DE MÉXICO.- La nochebuena es sin duda alguna uno de los objetos más representativos de la época y es que esta emblemática flor mexicana se ha encargado de embellecer y pintar de color rojo nuestras navidades año con año.
¿Cuál es el origen de la flor de nochebuena?
La Flor de Nochebuena, cuyo nombre científico es euphorbia pulcherrima. Significa en latín “la más bella”. También se conoce como flor de Pascua, estrella federal y pastora.
La palabra originaria que se utilizaba para referirse a esta planta era en lengua náhuatl: cuetlaxóchitl. Se puede traducir como “flor que se marchita” aunque también existen otras posibles traducciones que la identifican como “flor de cuero”.
La flor de nochebuena es una de las herencias bioculturales de México con mayor presencia durante las fiestas decembrinas alrededor del mundo. Su historia se remonta a los pueblos originarios de nuestro país. Para los mexicas simbolizaba la pureza y la nueva vida.
Loa aztecas adornaban sus templos con esta planta, ya que su florecimiento coincidía con la fecha del nacimiento de Huitzilopochtli, deidad relacionada con el sol; además de que sus hojas de color rojo, significaban para ellos la sangre de los sacrificios humanos que ofrendaban al astro rey para renovar sus fuerzas y que no dejara de brillar.
Fue en el invierno del siglo XVII que esta flor iluminó por primera vez las fiestas navideñas, cuando un grupo de monjes franciscanos recolectó esta planta en los campos cercanos de Taxco, Guerrero, para enmarcar una procesión conmemorativa de la Natividad, llamada Fiesta del Santo Pesebre, iniciando así una de las tradiciones más bellas de la actualidad.
Desde ese momento, las iglesias y templos católicos fueron adornados con la planta que los misioneros españoles denominaron Flor de Nochebuena. Los nacimientos, altares y espacios públicos se llenaron del misticismo que guarda esta planta y los participantes en las ceremonias religiosas disfrutaron del espectáculo del florecimiento de este arbusto y que además representaba la esperanza y el amor de la Navidad.