Francisco J. Rosado May
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Uno de los resultados después del conteo final de votos, en la elección 2021, y repartición de plurinominales en la cámara baja del Congreso, es el de las 91 diputaciones para indígenas, afromexicanos y LGBT+ asignadas para avanzar acción afirmativa en México. Junto con el número de gubernaturas que serán ocupadas por mujeres, siete, se puede considerar que en México hay un avance histórico en cuanto a diversidad, pero aún falta mucho más para consolidar la acción afirmativa.
Hay preguntas que se deben abordar, por ejemplo ¿Qué posición tendrán las personas indígenas electas? ¿Impulsarán asuntos inherentes a los pueblos indígenas o simplemente seguirán las directrices partidistas? ¿Son compatibles los intereses partidistas con la de los Pueblos Indígenas? ¿Tienen los Pueblos Indígenas alguna agenda definida? En otras palabras, el solo número de diputaciones para indígenas u otro grupo minoritario, no garantiza que se alcanzará el objetivo de la acción afirmativa.
No es tarea fácil responder dichas preguntas, pero es necesario e indispensable. Lo ideal sería articular la agenda partidista con la de los Pueblos Indígenas y otras minorías. Para ello se necesita claridad en ambas, aunque lo mas probable es que hay que construirla.
En preparación para el posicionamiento de México ante la Cumbre Mundial sobre Sistemas Alimentarios, que organizará la ONU en septiembre 2021, el pasado 11 de junio se llevó a cabo un foro nacional para recabar opiniones de representantes de los Pueblos Indígenas del país. Andrea Carmen, de Arizona, en representación del Consejo Internacional de Tratados Indígenas presentó cinco puntos que han consensado en las siete regiones donde hay comunidades indígenas en el mundo y que defenderán en la Cumbre:
1. Los pueblos indígenas demandan que los países y la ONU reconozcan y respeten sus sistemas alimentarios, incluyendo los elementos que lo integran como la cultura, suelo, agua, selva, seguridad en la tenencia de la tierra, semillas, etc.
2. Demandan garantizar la salud del ambiente y de la gente en sus territorios; las áreas afectadas deben restaurarse.
3. Demandan que se reconozca y respete sus propias formas de gobernanza y atención en su territorio de retos como la pandemia, cambio climático, pérdida de biodiversidad, etc.
4. Los países y la ONU deben reconocer, respetar, proteger y potencializar sus sistemas de construcción de conocimiento y las prácticas que tienen para ello.
5. Por otro lado, se comprometen a priorizar el intercambio de conocimiento y transmitirlo de una a otra generación.
Los alrededor de 200 participantes en el Foro antes mencionado adoptaron los puntos antes mencionados y lo hicieron alrededor de tres conceptos que se espera sean contribución de México en la cumbre: Interculturalidad, Co-creación de conocimiento (entre científicos y sabios locales) y Agroecología. Estos tres elementos se articulan entre sí, se identifican con la culturas indígenas y con políticas públicas de no dependencia a químicos como el glifosato y lograr alimentación suficiente, seguro, saludable y con soberanía para nuestro país.
En otras palabras, hay elementos para que la agenda de los partidos y de los pueblos indígenas puedan articularse. Esta es una expectativa que debe cumplir la nueva legislatura.