Por Roberto Hinojosa/NOTICARIBE PENINSULAR
Artistas profesionales han convertido los cruces de los semáforos en punto de expresión, y una forma de sobrevivencia a falta de empleo.
Y es que al reducirse la capacidad de espectáculos en hoteles y centros culturales, muchos artistas perdieron su fuente de ingreso en la pandemia por el COVID-19.
Un grupo, de al menos 40 bailarines de Playa del Carmen, se desplazan en los cruces de avenidas principales, tanto de Cancún como de Solidaridad, para tratar de obtener algo de ingresos para poder mantener a sus familias.
Pese a su esfuerzo de bailar bajo el intenso sol, sus ingresos apenas alcanzan los 200 pesos diarios, si bien les va.
En promedio, danzan de tres a cuatro horas para posteriormente volver a sus hogares y esperar un nuevo día para salir y hacer amena la espera de decenas de automovilistas mientras cruzan entre uno y otro semáforo.