Por Roberto Hinojosa/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Una nueva oleada de obras de dudosa sustentabilidad ambiental y urbana comenzaron a brotar en la zona hotelera de este destino.
Y es que enormes construcciones, edificios sobre densificados y áreas de equipamiento invadidas han regresado a la frágil franja del bulevar Kukulcán.
En medio de estos excesos, el delegado de Fonatur, Raúl Bermúdez, se ha erigido como autoridad en la zona hotelera.
Muchos de los espacios donde ahora se edifican las obras no fueron tomados en cuenta con anterioridad o bien no eran aprovechados como el caso de la Laguna Nichupté, que además estaría siendo afectada en su ecosistema.
A la fecha se cuentan al menos seis nuevas obras que empresarios han llevado a cabo con el consentimiento del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), que en algunos de los casos han causado afectaciones a automovilistas y personal que labora en la zona hotelera.
La primera de las obras que generó inconformidad, incluso en el sector privado, fue la construcción de la glorieta de Puerto Cancún, kilómetro 1.5, que detonó con molestia entre quienes todos los días acuden a trabajar en la zona hotelera, después con los mismos empresarios que aseguraron sólo beneficiaba al complejo antes mencionado.
Kilómetros más adelante, el Teatro de Cancún comenzó a levantar una estructura de concreto a un costado del Puente Calinda, obstruyendo la vista de centros de hospedaje de los alrededores, quienes han asegurado que estaría violando la altitud permitida de construcción en el Bulevar Kukulcán.
Ya en el kilómetro 6.5, en los terrenos de lo que fuera el restaurante bar la Farándula, se construyó el un complejo de departamentos y condominios, denominado Takh.
Otras obras que también causó molestia, principalmente entre grupos de ambientalistas, fue la construcción de dos restaurantes entre el kilómetro 13 y 13.5, el primero llamado Babel, con una terraza-bar; el segundo el restaurante de estilo griego Ilios, el cual ha sido utilizado por políticos quintanarroenses para fiestas y reuniones, ambos del lado de la laguna Nichupté.
Finalmente, en el kilómetro 21 de la misma zona hotelera, se levanta un nuevo hotel, el cual todavía se encuentra en obra negra.