Por Gabriel Alcocer/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCUN.- La detención del hijo de la regidora Ludivina Menchaca se convirtió ahora en un caso de abuso de autoridad en su agravio, luego de ser señalado por policías municipales como presunto responsable del robo de un cajero automático en la carretera Cancún-Puerto Morelos, en una situación que aparentemente no fue comprobada ante el Ministerio Público y por este motivo recobró su libertad.
En conferencia de prensa, el abogado, Juvenal Reyes Marrufo, quien defiende Santiago E. M., hijo de la regidora, informó que interpondrá una denuncia por los delitos de robo y abuso de autoridad, porque consideró que los policías actuaron de manera arbitraria y además le robaron sus pertenencias.
El hijo de la regidora estuvo presente durante la conferencia en conocido café de la ciudad y mencionó que fue víctima de tortura emocional por parte de los policías la madrugada del lunes.
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El abogado relató que el hijo de la regidora y otras tres personas que estaban con él, fueron retenidos de manera ilegal durante ocho horas, pues los policías no los pusieron de inmediato a disposición del Ministerio Público, con lo cual violentaron sus garantías individuales, sus derechos humanos y sus derechos procesales.
Juvenal Reyes, acompañado del abogado, José Erraldo Sánchez, indicó que los cuatro detenidos fueron exhibidos por los policías, al difundir las imágenes de sus rostros, señalándolos como responsables del robo de un cajero automático.
Dijo que la defensa particular logró acreditar que los detenidos no tuvieron relación con los hechos ocurridos y que fueron señalados erróneamente, lo cual quedó aclarado con la intervención de la Fiscalía General del Estado (FGE).
El abogado señaló que tres policías realizaron la detención de los cuatro supuestos sospechosos y los retuvieron de manera ilegal durante ocho horas. Incluso, los llevaron a las instalaciones del C-5, las cuales no se encuentran todavía en operación en el bulevar Luis Donaldo Colosio, como una manera de ejercerles presión psicológica, con amenazas de tortura.