Agencias
CANCÚN.- Cuando menos una decena de cadenas hoteleras con propiedades sobre la carretera federal 307 Cancún-Chetumal, denunciaron que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) pretende que se les venda casi el doble de extensión a lo originalmente pactado, con la amenaza de que si se niegan a vender, las extensiones serán expropiadas.
De acuerdo con un despacho de la agencia Latinus, la Sedatu comenzó a emitir notificaciones de carácter urgente hace dos semanas a las cadenas hoteleras ubicadas en la costa de Quintana Roo, específicamente en el tramo que va de Cancún a Tulum —el de mayor plusvalía— para comenzar a negociar la compraventa de parte de sus terrenos para el Tren Maya.
Hasta ahora, cuando menos una decena de cadenas hoteleras o propietarios de inmuebles en la zona, varios de origen extranjero, han denunciado de forma anónima, de acuerdo con la información, que añade que los documentos enviados llevan la leyenda “notificación urgente”.
La dependencia explica los supuestos beneficios que dejará la construcción del Tren Maya —proyecto insignia de Andrés Manuel López Obrador y su Cuarta Transformación—, y agrega que por implicaciones que la obra podría tener con las propiedades, solicita establecer un canal de comunicación directa.
“Es de suma importancia que el propietario se comunique a la brevedad (con la dependencia) para iniciar el proceso de compraventa para la extensión del derecho de vía en la carretera 307”, se lee en documento que se ha hecho llegar a los hoteleros con injerencia en la zona.
Latinus informó que consultó con distintas fuentes quienes explicaron que al responder la notificación, una serie funcionarios se encargan de acordar una cita. Uno se identifica como Pedro Guerra, de Asuntos Jurídicos. En la reunión, Guerra solicitó 17 metros adicionales a los 20 que abarca el derecho de vía.
El ofrecimiento del gobierno federal consiste en 475 pesos por metro cuadrado, cuando la zona tiene un valor de entre tres mil y cuatro mil pesos por la extensión y, según los afectados, Guerra advierte que de no aceptar, la Sedatu comenzaría un proceso de expropiación.
Al concluir el encuentro, funcionarios de Sedatu que se identifican como representantes entregan un segundo documento, en el que los hoteleros tienen que firmar para dar su visto bueno a trabajos en su propiedad como deslinde topográfico, levantamientos forestales, estudios arqueológicos y avalúos.