Gilberto Avilez Tax
El señor que regentea esta nación desde el 1 de diciembre de 2018, empotrado en el Palacio de los Virreyes, y al cual en un largo trecho apoyé de forma irrestricta, recientemente dejó de ser Presidente por un momento, emanado de las urnas y los votos populares, defensor del estado de derecho y el andamiaje constitucional con sus derechos y obligaciones, y se convirtió en el más vulgar dictador, ¡aprendiz de dictador!, como bien dijo Loret de él, porque hasta para ser dictador se necesita inteligencia elevada: enviar todo el peso del Estado para combatir a un periodista independiente cuya plena libertad –avalada por el orden constitucional mexicano- lo posibilita para trabajar en empresas privadas (dígase lo que se quiera, empresas vendepatrias, conservadoras, pero al fin privadas), no lo hace, como dicen los adictos del aprendiz de dictador, un perfecto “mercenario”. ¿Mercenario? Mercenario somos todos, porque, en buen castellano, todos somos soldados de alguien al cual laboramos por un estipendio, por una pitanza. Mercenario es este que escribe esta columna, buscando el estipendio ansiado para sobrevivir los días finales de este invierno “crudote”.
Puede ser lo más podrido el señor Carlos Loret de Mola, pero no ando juzgando el pasado, y tampoco lo defiendo; ni a él, ni a su abuelo. Analizo y apunto un hecho que sucedió hace unos días: la fractura del orden constitucional (artículo 6 de la Constitución, entre otros) nunca antes visto en tiempo real, frente a todo el país: el presidente haciendo mal uso de la fuerza para combatir a un periodista, o, si se quiere, a “un mercenario”. El mal uso del poder para denigrar y violentar los derechos humanos de un ciudadano. Y lo hizo desde su incólume fuerza de primer gobernante, desde ese poder bárbaro que posibilita el régimen presidencialista del país, y que el “demócrata” de la Chontalpa no ha democratizado, al contrario, se ha servido con enjundia de él.
Aquí no se trata de defender “montajes”, de cuestionar carreras periodísticas, se trata de establecer un factum, un simple hecho: la soez persecución desde el poder presidencial, poniendo en peligro la vida no solo de un periodista “del viejo sistema” (frase trillada de los morenos, que igual tienen a sus lord moléculas trapeadores humanos), sino de la familia misma de Loret de Mola. Y todo eso, hecho desde una muy estalinista forma de actuar, por chisme o “papelito” de un ciudadano. Es un asco por donde se mire, observe y analice.
El ciudadano maiceado defendiendo al tiranuelo
Usar los servicios del Estado mexicano, todos los recursos habidos y por haber para combatir a un periodista (o, si se quiere, díganle “mercenario”, pero la Constitución lo protege, al igual que le otorga el derecho a usted, a decir sus imprecaciones tiranófilas) eso no lo hace un demócrata, lo hace un tiranuelo. Y el tirano regresó con su trillada cantaleta de “los conservadores”: “nos atacan los conservadores”, “quieren el regreso de los conservadores, no me atacan a mí sino al proceso de cambio que hacemos en la 4t”. Y los que defienden eso por intereses personales, partidistas, populistas (las becas y demás), esos no son ciudadanos sino maiceados. “Ese gallo quiere máiz”, ese gallo se contenta con su máiz, como diría don Porfirio.
El tiempo valioso
El tiempo es valioso. Y se ha perdido demasiado tiempo en este sexenio. A eso yo le llamo traición a la historia de la izquierda en este país. Tanto que luchamos por sacar al PRIAN de los Pinos, como para ahora gobernar junto con esas miasmas.
La izquierda híbrida mexicana
La izquierda mexicana constituye un bloque híbrido, no monolítico, donde existen -y, a veces, coexisten- perspectivas liberales y democráticas, con impulsos autoritarios y arcaicos crecidos en el cieno del antiguo régimen. La perspectiva democrática y liberal, está fuera de juego, fuera del poder (ver el caso Quintana Roo). Los arcaicos y autoritarios son los que hoy se dicen los Mesías salvadores y transformadores, enarbolando los pastiches del conservadurismo contra los críticos de izquierda. ¿Cuándo perdimos la capacidad crítica y nos acostumbramos a ser feligreses del poder en turno? Me da ñáñaras esa retórica teologal que se destila en las Mañaneras.
El caudillo ha engendrado, o engendrará, a más de dos Bolsonaros
México es una sociedad informada y consciente. Creo que es tan consciente del desastre administrativo actual, de los impulsos autoritarios del Caudillo, del detritus de Morena en muchos estados (hablo del caso que conozco, Quintana Roo, y algo de Yucatán), y aunque por todo el dinero que se destine para los pobres vía becas y demás, en el 2024 habrá un voto de castigo. Dudo mucho que exista continuidad de este sexenio, y más si desde dentro de Morena se avizora rupturas geológicas, como la de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Esto lo digo, no con beneplácito, sino con tristeza, molestia, enfado. Se ha perdido una oportunidad histórica que esperamos por casi ochenta años, el Caudillo ha dilapidado su sexenio vía vendettas personales irracionales, y creo que ha dado, o está otorgando, pie para la formación de una respuesta radical de derecha. Y créanme que la sociedad mexicana no es tan progresista como aparenta. El Caudillo ha engendrado, o engendrará, a más de dos Bolsonaros.
Las kilométricas mentiras de la Senadora Hernández Mora
En un reciente post en el Facebook de la Senadora por Morena y Secretaria General de ese partido, Citlalli Hernández Mora, respondió a un tuit de Felipe Calderón donde éste se solidariza con los hijos de Carlos Loret, de Ricardo Anaya y Lavalle Maury, posibles perseguidos políticos gracias a AMLO. Hernández posteó hace unas horas: “No sólo corrompieron la vida pública, ahora también pretenden corromper la figura de ‘perseguido político’. Señor Calderón: usted decidió ensangrentar el país por acomplejado y pactó con el narcotráfico mediante su secretario García Luna. Usted no es ningún perseguido, es un CRIMINAL”. En mi calidad de ciudadano libre y opinante compulsivo, le respondo a la Senadora:
“No defiendo a Calderas, menos a Anaya y a Loret…pero la defensora de dictaduras totalitarias como la cubanera, Citlali Hernández, se traga sola sus kilométricas mentiras.
Asegura la Senadora, defensora eximia de las cárceles cubanas, que México comenzó a nacer en el 2018. ¿Pero el país ha dejado de desangrarse desde 2018, es un país de primer mundo, los narcos ya no matan e imponen su reino del terror, todo es abrazos y no balazos? ¡Claro que no! Estamos en el reino del espanto narcótico no solo en Jalisco, Guerrero, Michoacán y Colima; sino también en Zacatecas, Veracruz y el desmadre quintanarroense.
Ah, y desde 2018, ¿acaso no existe la militarización de la vida pública de México, y Morena gobierna con gente de izquierda probada y no recicla para nada a vulpejas prianistas corruptas como sucede en Yucatán y Quintana Roo?
Todo esto lo veo desde mi albarrada personal. Creo que se ha dilapidado el sexenio, creo que se ha llegado a un grado insostenible de “hibris” política, que invalida toda autocrítica y respeto a la disidencia, propio de los gobiernos demócratas, propio de la izquierda civilizada. Es triste. Ojalá y me equivoque, quiero equivocarme en mis apreciaciones, pero no sé qué haría con un Bolsonaro mexicano en el poder. Y la culpa de esto no se la endilgaremos a nadie más que al actual gobierno.