Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
PLAYA DEL CARMEN. – La sonrisa es de oreja a oreja y la mirada rejuveneció algunos años. Los adultos mayores recibieron la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19 y ya sortearon esta pandemia. “No nos tocaba todavía. Seguimos vivos”, aseguró una señora en silla de ruedas.
Desde muy temprano se formó una larga fila en el Cenaltur, otra en el IMSS y una menor en Villas del Sol. El Instituto Nacional del Bienestar (Insabi) no coordinó la información y algunas personas se confundieron de lugar, de día, y hasta de hora, porque todo fue conforme a la primera letra del apellido paterno.
“No se vale. Entró una señora en silla de ruedas y la acompañaban tres gentes de pie”, se quejó un señor. Elementos de la Guardia Nacional trataban de ayudar sin mucho éxito.
Cielo nublado y el bochorno al máximo. Las quejas continuaron “No todos tenemos redes sociales”, lamentó una abuelita. En la fila gente con su silla y leyendo un libro, otros conversaban de fútbol y de las próximas elecciones, y los más atentos al teléfono celular.
Don Mario Esparza agradeció las atenciones recibidas, aunque se quejó de la mala coordinación y dijo que no le habían dado indicaciones. “Intervienen todos pero no saben ni acomodar a las personas. Hay mucha gente que hace bola y no hace nada”, apuntó.
Y al igual que Yolanda y su marido, dijeron que mantendrán el uso del cubrebocas y todos los protocolos sanitarios. También don Alfonso González expresó su felicidad “El trato fue magnífico. Humanizado. Los felicito, pero hay que cuidarse igual, afirmó.
Minerva confesó haber “tenido un poco de miedito pero gracias a Dios todo salió bien. Muy limpio. Muy cariñosas las chicas y los chicos que nos apapacharon. Tenemos que seguir hasta donde el cuerpo aguante. Esto del COVID-19 es para siempre”, admitió.