A quien ya no soportan es al delegado de Fonatur, Raúl Bermúdez.
El funcionario federal supone que la zona hotelera es “propiedad” de Fonatur, en donde solo sus chicharrones truenan.
El tabasqueño se cree una especie de virrey de la 4T en la zona hotelera y se ha convertido en una pesadilla para todo el destino.
La última Bermúdez es su pleito con Aguakan.
Pese al rebosamiento de aguas negras en la zona hotelera, el tabasqueño le niega el acceso a la concesionaria para darle mantenimiento al drenaje y resolver tan fétido problema.
Hasta ya mandó a sacar a trabajadores de Aguakan con la Guardia Nacional.
Pero, tampoco, Bermúdez como Fonatur, ha hecho gran cosa por revertir el rebosamiento de agua negras del bulevar Kukulcán.