Lo más revelador de la entrevista a modo que le hizo el Grupo Sipse a Anahí González, no son sólo los dislates de la candidata morenista al decir que es “quintanarroensa” (con A al final) o confundir el puyul (de la chicharra) con la comunidad de Polyuc.
No tuvo una explicación de cómo alguien radicada de Cancún – nacida en Cancún, como presumió la propia morenista- y aún con cargo público (con licencia) en la comuna de Cancún, pretende ser la representante de los habitantes del sur y Zona Maya de la entidad en el Congreso de la Unión.
El único argumento que esgrimió a su favor fue: “soy candidata de la Cuarta Transformación”. Es decir, que hasta podría ser de Rosarito, Novolato o Xilitla. No importaría pues ser de la 4T lo justifica todo.
En realidad, muchos suponen que ser de la 4T es una patente de corso o el fin justifica los medios.
Casi, casi como “haiga sido como haiga sido”.