La criminal tala de árboles en el Bulevar Bahía se convierte en la cereza del pastel en los desencuentros entre el gobernador Carlos Joaquín y los chetumaleños.
Es vox populi que Carlos Joaquín ganó “gracias” al voto de los capitalinos. De los alrededor de 230 mil votos que alcanzó la alianza PAN-PRD en 2016, 60 mil fueron emitidos en el municipio de Othón P. Blanco.
Pero, “algo pasó” que Carlos Joaquín tiró por la borda todo su capital político en Chetumal, el cual, aunque suene “de Perogrullo”, tenía un valor más que estratégico para la legitimidad electoral para todo el sexenio del hoy Mandatario estatal.
Pero, elección tras elección, PAN y PRD, de la mano del “neojoaquinismo“, fueron perdiendo terreno en la capital del estado.
Y la respuesta es devastadoramente obvia: Carlos Joaquín agravió a los chetumaleños, con decisiones erróneas, como llenar su gobierno de “foráneos”
El colofón de este serial de desatinos, casi despropósitos, fue la tala de árboles del Bulevar Bahía, calificada ya como un ecocidio.
La indignación es generalizada. Las redes sociales en la capital siguen encendidas por la ira de los chetumaleños.
Esta devastación es un golpe tremendo a la figura del Gobernador en Chetumal.
En el tremo final de fallido “gobierno del cambio” sexenio, es insalvable la situación del “neojoaquismo” en la capital.