Francisco J. Rosado May
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Ciertamente, la acción afirmativa que permite tener la debida representación de Indígenas en procesos electorales ha dejado enseñanzas. Sabemos de casos donde la interpretación de la identidad indígena se ha estirado demasiado; en algunos casos se ha roto y el INE ha cancelado candidaturas por que la persona no logró comprobar su identidad. En otros casos la liga no se reventó y tenemos casos de representantes electos como indígenas (diputaciones y regidurías) cuando la vox populi claramente rechaza esa supuesta identidad. El INE tiene que trabajar mucho más para evitar esos abusos.
Pero hay otra área de trabajo que el INE debe de atender prácticamente después de cada censo: la reconfiguración de los distritos electorales, especialmente para aterrizar la acción afirmativa en favor de los Indígenas.
Para iniciar el proceso de redistritación 2022, el INE convocó a una reunión de información el pasado 17 de mayo en Chetumal. La primera parte fue con autoridades y representantes de organizaciones políticas y sociales. La segunda fue con invitados indígenas para iniciar el proceso de consulta previa, libre e informada, como marca el Acuerdo 169 de la OIT.
La Constitución federal indica que el país debe dividirse en 300 distritos federales, lo que obliga a que la población total del país se tenga que dividir para reacomodar la geografía de cada distrito.
El censo 2020 indicó que somos casi 129 millones de mexicanos; al dividirse entre los 300 distritos se obtiene una población de 430 mil por distrito. El reto del INE es encontrar la mejor forma de agregación geográfica que considere la población, así como la conectividad entre ellos, el espacio municipal, la composición étnica, entre otros.
El censo de población en Q. Roo indicó la cantidad de 1.86 millones de habitantes. Al dividir esa cantidad entre 430 mil, arroja un total de 4.3 distritos electorales; no llegamos a 5 ni por aproximación. Esto quiere decir que mantendremos el mismo número de diputados federales elegidos por mayoría relativa, tal y como está ahora.
Ahora bien, el otro tema en manos del INE es la nueva distribución de los distritos a nivel estatal. En este sentido, en Q. Roo se reconocen 15. Es decir, se debe dividir 1.86 millones entre 15, lo cual arroja 124 mil habitantes.
Ahora el reto siguiente es cómo hacer la distribución geográfica de cada distrito en el estado, tanto de lo federal (4 distritos) como del estatal (15 distritos) tomando en cuenta no solo la población sino la representatividad étnica.
Un criterio asumido por el INE es que una comunidad/municipio con 40% o más de indígenas es considerado indígena. Como en el fondo del tema se está hablando de representatividad indígena en la Cámara de Diputados Federal y en la Cámara de Diputados Local, entonces la confiabilidad y transparencia en los datos, su obtención y manejo, se vuelven factores clave para sustentar la distribución de los distritos. ¿Cómo obtuvo el INE los datos de población indígena?
En la reunión del 17 de mayo el INE señaló que el dato de población indígena se obtuvo mediante un trabajo del INEGI y del INPI. Pero resulta que en el censo no había pregunta alguna ni sobre el uso de lengua indígena ni sobre la auto adscripción como indígena. Esto arroja dudas. En la segunda parte de la reunión en Chetumal, al escuchar los comentarios de indígenas participantes en el inicio del proceso de consulta libre, previa e informada, el INE señaló que INEGI no tuvo el tiempo suficiente de incluir en el formato impreso pregunta alguna sobre etnicidad, por lo que llevó a cabo otro procedimiento. Al menos en la reunión no se aclaró cual fue ese procedimiento, ni tampoco la metodología que siguió el INPI, ni como se manejó la información, ni donde están los datos y la metodología de su obtención para ser consultados.
Municipios indígenas
El INE presentó datos que señalan que FCP tiene el 80.3% de población Maya; JMM tiene el 86.84; LC el 80.33, Tulum el 41.02 y Bacalar el 52.02. Éstos son los únicos municipios indígenas en el estado bajo el criterio de población mayor al 40%. También señaló que en Q. Roo hay una población de 583.4 mil indígenas.
Al sumar la población de los cinco municipios antes mencionados, solo se obtiene una población de 240.8 mil habitantes. Es decir, poco más de la mitad de la población que debería tener un distrito electoral federal, no llegaría ni a un diputado federal. Con respecto a las diputaciones locales, juntando los cinco municipios apenas daría para dos diputados.
Sin embargo, se sabe que la delimitación geográfica de distritos no necesariamente sigue el criterio de municipios. ¿Cuál es y cómo se obtuvo la población indígena en los otros 6 municipios como BJ, IM, Solidaridad, Cozumel, PM y OPB? Aquí hay un punto de discusión que demanda transparencia.
Con los datos anteriores, los indígenas son cada vez más extraños en su propia tierra, o bien se deben reproducir muchísimo más para lograr la necesaria e indispensable representación, o bien se debe revisar la política pública desde otra lente en lo que respecta a su representatividad. Ambas posibilidades abren muchísimas opciones, pero se requiere de políticos con mente abierta, preparados, con visión de futuro intercultural. Este es el verdadero reto, no solamente asegurarse que quienes obtengan la representación popular sean indígenas o simuladores.
Es cuanto.