Por Hugo Marotoccia
Uno de los cuentos más emblemáticos de Jorge Luis Borges se llama “La tres versiones de Judas”. La primera versión que el cuento presenta es la conocida por todos, sobre el discípulo que traicionó a Jesús. La segunda propone un escenario diferente, pero aún así asimilable. La tercera es sorprendente y escandalosa. La trama no se develará aquí, pero puede tener alguna similitud con lo ocurrido la semana que pasó en el Tribunal Electoral de Quintana Roo.
Ese cuento y el nombre de Judas vienen a colación porque la palabra que más se escuchó en estos días en la política local, con respecto a ese tema, fue “traición”. El problema es que aún nadie tiene claro quién traicionó a quién ni porqué. La lista de políticos involucrados empieza, por supuesto, por el gobernador Carlos Joaquín, pero también incluye a Mara Lezama, Marybel Villegas, y termina con el ex presidente del Tribunal, Víctor Vivas Vivas, pasando por varios actores intermedios.
El hecho de fondo, como es de público conocimiento, fue la elección del nuevo presidente del Teqroo. Las apuestas iban todas dirigidas a que esa posición recaería en la magistrada Claudia Carrillo Gasca. Es mujer, y tiene cercanía política tanto con el gobernador como con Mara Lezama, lo que la hacía la candidata natural.
Pero finalmente, el voto de Víctor Vivas recayó en Sergio Avilés Demeneghi, y sorprendió a todos. Es pública la cercanía política de Avilés con Marybel Villegas y Laura Beristain, dos “enemigas” del sistema político estatal, lo cual se ha visto claramente en algunos de sus fallos.
¿Qué pasó, entonces, para que Sergio Avilés llegara a esa posición? Estas son las tres versiones.
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LA PRIMERA VERSIÓN
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Cuando se habla de la elección de un presidente de un Tribunal, las miradas siempre recaerán en el gobernador de turno. El sistema político quintanarroense no admite, salvo una situación extraordinaria, que presida el Teqroo alguien que no esté avalado directamente por el jefe político del estado. “El gobernante nunca pierde”, meditaba en ese sentido un panista aún sorprendido por la elección de Avilés.
Siguiendo ese razonamiento, Carlos Joaquín fue quien decidió, por algún motivo, poner a Avilés. Esa versión incluye una suerte de traición del gobernador hacia Claudia Carrillo, con quien tiene una relación política directa.
Esto coincide con la versión de que al Jefe de Gabinete, Juan Carlos Pereyra, se lo vio operando el tema. Por algún motivo, el gobernador habría tenido más confianza en que con Avilés tendrá un mayor control del Tribunal que con la magistrada.
Esa versión incluye, necesariamente, la idea de que Sergio Avilés debe traicionar a sus principales referencias políticas; o sea, a Marybel Villegas y Laura Beristain. No es compatible estar bien con ellas y con Carlos Joaquín al mismo tiempo.
El punto más complejo en este caso, sería que la decisión también incluye una traición de Carlos Joaquín hacia Mara Lezama. La alcaldesa de Cancún, que es la principal aspirante a la candidatura de MORENA a la gubernatura, quería que el Tribunal estuviera en manos de Claudia Carrillo, con quien la une una antigua relación. Parte de los acuerdos de transición del poder incluían esa posición.
Si el gobernador decidió poner a Avilés, eso supone una suerte de “límite” al acuerdo de transición. Manejando el Teqroo con su «mano izquierda», Carlos Joaquín puede condicionar a Mara y a MORENA. ¿En qué sentido? Por ejemplo, bajando cualquier candidatura que no le guste. Con esa amenaza velada, puede gestionar un nuevo acuerdo de transición y cierto grado de poder transexenal.
¿Podría hacerlo? Sí, sin ningún problema. Como se sabe, el Teqroo ha sido históricamente “amable” con los intereses del gobernador. Por dar sólo dos ejemplos: un par de años atrás le quiso quitar un diputado a MORENA para dárselo al PRI, con un fundamento que no existe en la ley; apenas hace un par de meses intentó censurar a la dirigencia MORENA por órdenes del mandatario estatal.
Ambos fallos, impresentables, cayeron en las instancias superiores de la justicia electoral. Pero son una muestra de lo que se puede hacer con el Teqroo a favor. Imaginemos, nomás, a ese Teqroo investigando actos anticipados de campaña o uso de recursos públicos entre el morenismo, por decir algo. Mucho se puede negociar poniendo esa amenaza sobre la mesa.
Si es así, el gobernador le ha marcado a MORENA un límite en la transición ordenada y pacífica que se estaba operando. Esa transición será, pero las reglas, o algunas de ellas, las pondría él.
Carlos Joaquín ha negado, al menos tres veces, esta versión.
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LA SEGUNDA VERSIÓN
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Esta otra versión supone una traición de Mara Lezama a Claudia Carrillo y a un sector de su propio entorno, que quería la presidencia para la magistrada. Esa trama supone que de alguna manera Mara impulsó, o toleró, que se pusiera a Sergio Avilés, porque alguien le habría garantizado que será políticamente dócil.
Lo que pasa con esta versión es que rápidamente se estrella contra la realidad, que no la sostiene. El primer fallo de esta nueva composición del Tribunal, votado por Avilés y Vivas, fue ordenar un cambio en la dirigencia estatal de MORENA, que de una u otra forma, afecta a Mara.
Si bien ese fallo no es determinante para lo que suceda con esa dirigencia, era absolutamente innecesario. Y es políticamente ruidoso en un momento clave de la interna partidista. En los hechos, es una suerte de señal, fuerte y clara, de “independencia” del Tribunal para con quien puede ser la futura gobernadora del estado.
Además, Mara sabe exactamente quién es Sergio Avilés y cómo ha respondido políticamente a Marybel Villegas y su grupo. Suponer que olvidó eso y que operó para darle la presidencia, no sólo implica una traición, sino un error potencialmente enorme. Es difícil creer que eso sucedió.
Un dato interesante: al menos cinco operadores cercanos al gobernador son los principales divulgadores de esta teoría. Nada es inocente cuando tantas voces parecidas confluyen en un mismo tema, con una misma versión y con igual insistencia. Parece que desde ese sector del poder se quiere presentar una culpable rápidamente.
Pero hay que ser claros: Mara quizá no lo hizo, pero pudo haberlo tolerado, lo cual es diferente.
LA TERCERA VERSIÓN
Como en el cuento de Borges, la tercera versión es sorprendente y escandalosa. La parte sorprendente supone que Víctor Vivas decidió apoyar a Avilés desoyendo todas las presiones y las señales desde el Poder. Confuso por sus problemas personales, y enojado porque no se acordó algún futuro para él (el año que viene deberá dejar el Teqroo) el magistrado decidió jugar sus propias cartas.
Vivas es un hombre políticamente formado en el Sistema. Conoce las reglas y los límites, y si hizo eso, sabe que está jugando fuera de ese Sistema, donde se acaba la protección y los buenos modales.
Allí la versión se separa en dos partes. Una dice que el tándem Avilés – Vivas empezaría ahora su operativo “confianza”. O sea, acercarse a los principales actores políticos para decirles que no serán un problema para nadie. Pero la negociación la harán, digamos, desde una posición de poder.
Los que apuntan a esta versión dicen que, como en la película El Padrino, en la icónica escena del velorio de Don Corleone, Mara está esperando a ver quien le ofrece una negociación con el tándem Avilés – Vivas, para saber quién es el traidor. Carlos Joaquín estaría esperando un movimiento similar.
La otra parte en la que se divide esta versión es más compleja y es la que abona al escándalo. Dice que este acuerdo de la presidencia está vigente desde el momento en que el Senado votó por Sergio Avilés como magistrado, e incluye a Marybel Villegas como actora principal de esa negociación. Marybel ha estado callada en estos días, pero se sabe que está contenta con lo que pasó, y que encomió, en una conversación reciente, que Vivas haya resistido presiones y respetado aquél acuerdo político.
Si el tándem Avilés – Vivas ha tomado esta decisión con esas referencias políticas, viene a hacerle las cosas difíciles a Mara, si finalmente es candidata a gobernadora. Pero algo más. Sin ponerse de acuerdo entre ellos, ese escenario uniría en algún punto, paradójicamente, los intereses de Marybel Villegas y Carlos Joaquín, ambos interesados en ponerle límites a Mara. Sería una suerte de mixtura entre la primera y la tercera versión.
Sería un escenario inimaginable e impredecible, y que daría lugar a un sinfín de operaciones políticas de toda índole.
El presupuesto del Teqroo para 2022 será una prueba. Los magistrados pidieron 50 millones de pesos y el gobernador quiere darles 39 millones. Hay, incluso, una advertencia de que si no les dan los recursos, el Teqroo presentará un recurso jurídico contra el Ejecutivo. El voto de los distintos bloques y diputados sobre este tema podría empezar a despejar algunas dudas.
Quizá sería válido, luego de todo este análisis, preguntarse si no habrá sucedido, simplemente, que los magistrados actuaron con independencia de criterio, y el Teqroo será un organismo objetivo e imparcial.
La respuesta es no; el lector puede descartar de plano esa posibilidad.