Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
ISRAEL.- El gobierno israelí ha recibido en las últimas horas decenas de llamadas desde 25 países distintos solicitando que se postergue la ofensiva terrestre contra Gaza hasta que Hamas libere a todos sus rehenes civiles capturados durante el ataque terrorista del 7 de octubre. Asimismo, el Estado de Qatar -en sus distintos niveles políticos- dialogó con presidentes, cancilleres y jefes de Gabinete de esos 25 países para validar su condición de negociador ad hoc ante Hamas, que usa a los ciudadanos internacionales apresados para empantanar toda la operación bélica de Israel en la Franja.
En principio, Hamas tiene rehenes civiles de los siguientes países: Alemania, Argentina, Azerbaijan, Brasil, Canadá, Chile, China, España, Estados Unidos, Francia, Filipinas, India, Irlanda, Israel, Italia, Kazakhstan, Panamá, Polonia, Rumania, Rusia, Sri Lanka, Sudáfrica, Thailandia, Reino Unido, Ucrania, y Uzbekistan.
La suma total de secuestrados civiles -acorde a los números que Infobae pudo obtener en Tel Aviv, Washington, Berlín, París, Reino Unido y Doha- oscilaría entre 60 y 130, y sus edades serían de un año a ochenta y cinco años. Estos rehenes se encuentran en los túneles construidos por Hamas cerca de Gaza City, y todavía no hay una lista certera de sus identidades y condiciones físicas.
El resto de los capturados -para llegar a la cifra tentativa de 212- pertenecerían al ejército israelí y a las fuerzas de seguridad de ese país. Estos rehenes sólo serán liberados si el gobierno de Benjamín Netanyahu acepta un intercambio con prisioneros palestinos que están detenidos en las cárceles de Israel.
Las guerras que libró Israel contra enemigos árabes que atacaron su propio territorio -Seis Días y Yom Kipur-, no tuvieron el factor de los rehenes al momento de planificar una ofensiva bélica. A diferencia de lo que está sucediendo ahora con Hamas, esos conflictos en 1967 y 1973 se resolvieron de manera fulminante y sin la necesidad política de abrir un canal de negociación diplomático para evitar probables daños colaterales.
Pero la captura de más de 60 rehenes que son ciudadanos de 25 países impuso una dinámica inesperada en el tablero de decisiones de Netanyahu y su gabinete de guerra. El premier israelí asumía que por estas horas los 300.000 soldados apostados frente a Gaza ya habían iniciado su marcha para destruir a la cúpula de la organización terrorista.
Sin embargo, ese plan de guerra contra Hamas quedó en un impasse ante el planteo liderado por Estados Unidos y acompañado por otras 24 naciones que reclaman la libertad de sus connacionales capturados durante la masacre fundamentalista del 7 de octubre. Durante su visita relámpago a Tel Aviv, Joseph Biden alertó a Netanyahu que debía ralentizar su ofensiva contra la Franja hasta que los rehenes de Estados Unidos estuvieran afuera de Gaza.
El líder israelí aceptó la premisa humanitaria presentada por Biden, que no implicaba afectar la decisión de Israel de avanzar sobre Gaza para aniquilar a la estructura terrorista de Hamas. Eran dos agendas en paralelo -con difícil convivencia en tiempo real- que atendían a distintos intereses locales e internacionales.
Horas después del ataque terrorista en el sur de Israel, el secretario de Estado Antony Blinken mantuvo conversaciones reservadas con importantes funcionarios de Qatar, Bahrein, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Turquía para diseñar un mecanismo geopolítico que sirviera para rescatar a los secuestrados por Hamas.
Con información de Infobae