Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
PLAYA DEL CARMEN.- Poco a poco, sin importar el semáforo rojo del COVID-19, algunas decenas de ambulantes empezaron a volver a la vendimia en zonas aledañas al centro de la ciudad.
Que si el pozol, que si los tacos, que si el gel antibacterial, y los tamales y demás antojitos estuvieron confinados más de un mes, pero la situación económica pesa más que el riesgo de contagio.
“Ya no se puede. Se nos acabaron las despensas y los chavos tienen que comer. Las autoridades tienen su sueldo y están tranquilos. Nosotros no. Y por favor no me vaya a tomar la foto”, dijo una vendedora de tacos en la batea de una camioneta.
La lluvia no fue obstáculo para que los habitantes de colonias como Galaxias I, El Ejido, y otras encontraran algo de comer en los paraderos de autobuses principalmente.
Y coincidió con que el pasado lunes, primero de junio, la construcción fue declarada como actividad esencial, por lo que la clientela fue encabezada por los albañiles.
“Y para el lunes escuché que vamos a volver al centro”, manifestó sonriente un vendedor de pozol a bordo de su triciclo.