Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Luego de un mes de estar internada en un hospital de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, esta mañana ha trascendido la noticia del lamentable fallecimiento de Magdalena Hidalgo Cano.
Actriz, promotora cultural y directora de teatro, “Magda”, como le conocían sus amigos, se ganó el respeto del mundo cultural cancunense.
Así se expresa el contador Carlos Cardín Pérez, presidente de la asociación civil Fundadores de Cancún, al enterarse de su deceso:
“Magdalena Hidalgo fue una gran promotora de la cultura con hechos. La conocí cuando dirigía obras de teatro en el lugar donde se ubicaba el busto de sor Juana Inés, a un costado del palacio municipal.
“Ella me mostró una bodega llena de maderas y estructuras que usaba servicios públicos municipales y me convenció para hacerla lo que hoy es el Teatro 8 de octubre.
“Ahí fue la sede de las actividades de la Dirección de Cultura que ella encabezaba. Descanse en paz una mujer que hizo mucho por la cultura en Cancún. Mi eterno afecto para Magdalena”.
SU HISTORIA
Esto fue lo que publiqué de Magdalena Hidalgo en Luces del Siglo, de fecha 20 de julio de 2014:
En el quinto año de Psicología, a unos meses de terminar, Magdalena tuvo que decidir entre la carrera que estudiaba en la
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) o meterse de lleno a lo que le apasionaba y sigue apasionando, el teatro.
Cuando el director de la obra “Marat Sade”, de manera muy sutil le dijo que se requería de su presencia en los ensayos y, al mismo tiempo nombró a una actriz sustituta, este hecho le dolió tanto que decidió confrontar a su padre para decirle que abandonaría la carrera. Se imaginó un cuadro de reclamos agotadores, no fue así.
Y es que si había algún responsable de que a Magdalena le gustara tanto el arte dramático era precisamente él. A don Filiberto Hidalgo Camarillo (+) le encantaba asistir al teatro y luego platicar a sus hijos las reseñas, con lujo de detalle. No en vano, al menos cuatro de sus nueve vástagos le salieron buenos para el escenario.
Magdalena Hidalgo Cano nació (1951) en el barrio de Tequisquiapan, en la ciudad de San Luis Potosí, pero a los cuatro años su familia cambió de domicilio a Monterrey, Nuevo León.
“Magda” es la mayor de sus hermanos y en consecuencia es su guía y líder, sólo así se explica porque siempre le acompañaron en sus aventuras teatrales. “Tengo un hermano que es maestro de teatro en Monclova (Coahuila), una que es actriz, y otra más que es bailarina, y trabaja aquí”.
Asegura que siempre practicó el teatro, y lo hizo más formal desde la época de la preparatoria, sin embargo, lo veía como diversión y pasatiempo, hasta que tuvo la oportunidad de viajar a Manizales, Colombia, y estar presente en un festival de teatro, ahí fue donde descubrió que aquello era lo suyo.
Tras abandonar la carrera de Psicología en la Universidad Autónoma de Nuevo León, ingresó a la University Speech and Drama, de los Estados Unidos en donde, ahora sí, ingresó de lleno a su pasión.
– “Magda”,¿cómo llegas a Cancún?
– En Monterrey ya tenía una vida hecha. Yo tuve el grupo de teatro Matraz, por doce años, pero mi padre que era ebanista (artesano de las maderas nas) dijo que le estaban ofreciendo trabajo en Cancún.
“Nosotros ni sabíamos en dónde era. A él lo contrataron para hacer unas cosas en el hotel El Pueblito y llegó en el 87, en pleno auge económico.
“Me invitó a mí y a mis hermanos, ellos llegaron primero, yo lo hice hasta el 89.
“Mi padre me decía que aquí había un Festival de Cultura del Caribe. Cuando llegué me puse a trabajar con él. Luego pregunté por ese festival, que ya empezaba a organizarse el segundo, y me contacté con la licenciada María Cristina Castro, ella era la organizadora.
María Cristina Castro Sariñana (+) será fundamental en la vida de la recién llegada, pues tras conocerle, y a pocos días de encargarle un trabajo de valoración de sitios para desarrollar el segundo Festival de Cultura del Caribe, ésta le dice: “llegaste cuando tenías que llegar”.
María Cristina tenía un compromiso en la ciudad de Nueva York y la nombró coordinadora para hacerse cargo de la sede de Cancún, la más importante.
Al concluir el festival, Magdalena Hidalgo volvió al taller de su padre, pero una pastorela (1990) escrita por Leonardo Kosta que se llamó “Batman y la Presidencia” la hizo regresar al escenario. “A la presentación acudió el alcalde Mario Villanueva. A mí me tocó interpretar a Magaly, pero yo no conocía a Magaly y lo más curioso es que ella estaba feliz con mi interpretación”.
Nuevamente volvió a aparecer María Cristina Castro, quien le recomendó visitar a Candelaria Quintal, entonces directora de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Benito Juárez.
“La licenciada me hizo una entrevista muy breve, me pidió que le armara un programa de trabajo y se lo llevara mañana. Al día siguiente, según yo, sólo llevaría el proyecto y ya. Me puse unos pantalones de mezclilla todos jodidos y una playera que ni al caso, y esto era porque estaba trabajando con mi papá en el hotel Meliá.
Ahí estaba sentadita cuando en eso veo que llega Candelaria Quintal con los periodistas para darme posesión como directora de Cultura.
“Ya cuando se fueron los periodistas me dice: ‘mira, no hay oficina para ti, no tengo ningún espacio para ti, ni escritorio para ti, pero ahí donde estaba Participación Ciudadana hay un cuarto lleno de triques; yo creo que muy bien puede ser tu oficina, acomódalo y búscate un escritorio’”.
Así se consolidó la historia, en Cancún, de Magdalena Hidalgo quien en enero de 1989 se hizo cargo del Festival de Cultura del Caribe y en mayo de 1990 ya era la directora de Cultura, un cargo que conservó hasta la administración de Rafael Lara Lara (1996-1999). Con Magaly Achach (1999- 2002) fue nombrada directora de la Compañía Municipal de Teatro, en donde se mantiene y se hace cargo de la preparación actoral de unos 24 elementos.
Con información de Francisco Verdayes