Leslie Gordillo/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Grandes mausoleos distinguen al cementerio de Alfredo V. Bonfil, un espacio muy diferente a los panteones de Cancún, y es que al seguir tradiciones del norte, tiene espacios que son incluso más grandes que muchas casas habitacionales.
Más de 30 años y más de 2 mil tumbas encierra la historia de este cementerio, que en sus inicios estaba muy lejos de la zona poblacional y que hoy quedó ya en medio de la mancha urbana.
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Muchos duranguenses que llegaron en los 70’s a Cancún y que conformaron la ahora delegación de Bonfil, son quienes yacen en este cementerio y así como hay tumbas pequeñas como las de cualquier panteón, hay muchas que lucen incluso lujosas, equipadas casi como una casa.
Habitantes del lugar señalaron que cada mausoleo representa también el poder adquisitivo de sus familiares, pues si bien a todos les gustaría tener un hermoso espacio para sus difuntos, solo aquellos que tienen el dinero pueden darse ese lujo de mantener hermosas residencias hasta la muerte.
Y si bien el lujo no llega a los niveles que se han visto en estados como Sinaloa, sí trae a la mente esos mausoleos de grandes capos de la droga, caracterizados por mármol fino, sistemas de iluminación y hasta terraza para las familias que visitan a sus difuntos.