Matilde Zamora/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Quintana Roo y Yucatán se encuentran en los primeros lugares de México, con mayor incremento de casos activos de COVID-19, de acuerdo con la Dirección General de Epidemiología (DGE).
Con un incremento de 767.5 por ciento, Quintana Roo es el tercer estado con mayor número de casos activos en las últimas dos semanas de diciembre, en lo que sería la cuarta ola del virus SARS.COV-2.
La entidad pasó de 182 pacientes a mil 579 en un lapso de dos semanas, a partir del 13 al 26 de diciembre. Pero, según el reporte técnico diario de los Servicios Estatales de Salud (Sesa) los días más críticos fueron las vísperas de año nuevo, el 31 de diciembre registró 927 contagios en 24 horas, y el 30 de diciembre 445.
En el caso de Yucatán la gráfica de la DEG precisa que en dos semanas los contagios crecieron un 158. 49 por ciento en el mismo periodo.
La cuarta ola de coronavirus inició con fuerza en México, en donde los principales destinos turísticos del país reportan el número de casos positivos.
La situación en Baja California Sur también es delicada al reportar un incremento de 493.5 por ciento, al pasar de 545 casos a 3 mil 235 en tan sólo dos semanas.
Este rápido crecimiento también impactó a Ciudad de México, con 5 mil 269 nuevos casos de COVID-19 hasta el 26 de diciembre, lo que representa un aumento de 146% respecto a las dos semanas anteriores.
En general el país registró un incremento semanal de 62% hasta el 25 de diciembre, un porcentaje que sitúa este arranque por encima de cualquier otro rebrote observado durante la pandemia.
La DEG señala que los casos activos, que son el indicador más fiel del comportamiento de la pandemia, y precisa que la curva nacional registró un incremento de 34.3% durante la penúltima semana de diciembre, para alcanzar un total de 40 mil 427 portadores.
Sin embargo, que esta cifra sólo contempla a quienes tienen síntomas, por lo que la cantidad real de personas infectadas podría rondar el medio millón.
Expertos en salud pública han hecho énfasis en el peligro de desestimar el riesgo de Ómicron, y es que a pesar de ser cuadros leves, un gran aumento de pacientes podría saturar los servicios de salud en cuestión de días, lo que podría interrumpir otras atenciones básicas o de emergencia.