Por: Jorge A. Martínez Lugo
Lo dicen afines y detractores; incluso dentro de su círculo cercano. A lo mejor José Alfredo Contreras Méndez, quien gusta que le llamen Chepe, sigue siendo el mismo de antes, pero la realidad política y social en Quintana Roo y Bacalar, sí han cambiado.
En 2013 gobernaba Roberto Borge y Chepe arrasó en las elecciones bajo la bandera del PRI y tutela del ex gobernador, hoy preso por corrupción.
En 2021, cuando ganó por segunda vez la Presidencia Municipal, han pasado ocho años; ya hubo una primera alternancia estatal con un gobierno diferente a su partido (que no cumplió, pero ese es otro tema) y una segunda alternancia, ahora con el partido del presidente de la república, pero Chepe retuvo la plaza para el PRI, a pesar del tsunami López Obrador. Su victoria, entonces, adquirió más valor.
Es el único presidente municipal del PRI, salvó a su partido de la blanqueada en 2021; pero son otros tiempos. El Cabildo de Bacalar no es el mismo que en 2013, cuando el presidente municipal disponía de la voluntad del cuerpo colegiado a su antojo.
Entonces, bastaba un chasquido de dedos del presidente municipal para que todo el Cabildo cumpliera con su voluntad. Hace ocho años, el Cabildo era una simple extensión ejecutiva de la presidencia municipal.
No había conciencia, de que los titulares de las Regidurías y la Sindicatura eran autoridades elegidas por el voto popular, igual, con la misma constitucionalidad, del primer edil.
Chepe sigue siendo el mismo, pero la realidad ahora es diferente.
La elección del Cabildo tiene el mismo valor constitucional que la del primer edil. Es más, el Cabildo es como un poder legislativo dentro del gobierno municipal. Regidores, síndico y presidente municipal, tienen el mismo rango constitucional y hay un reglamento para que cohabiten en sana gobernanza.
Ediles, síndico y primer edil, todos, deben someterse a las leyes, que ya existían desde 2013, pero que ahora se hacen valer de diferente manera.
Antes los presidentes municipales hacían y deshacían. Ahora las cosas han cambiado. Pero Chepe sigue creyendo que 2013 es igual a 2022.
La síndica de Bacalar, Vanesa Piña Gutiérrez, sí sabe que los tiempos han cambiado y está dispuesta a defender sus derechos políticos y humanos.
La decisión del Teqroo, le concedió medidas cautelares para garantizar su integridad física y política ante agresiones y discriminaciones de parte del primer edil y su mayoría en el Cabildo.
Es apenas el primer capítulo de esta historia que se empieza a escribir en el joven municipio de Bacalar. Daremos seguimiento a este tema, en el que usted tiene la última palabra.