La impunidad sigue prevaleciendo en el Poder Judicial de Quintana Roo con “cambio”, antes ,y con “transformación”, ahora.
Sucedió hace unos días en Isla Mujeres:
Una joven pareja – un marine estadounidense y una chica mexicana- fue reconvenida por la dueña de un pequeño hotel del centro de esta comunidad debido a una conducta inapropiada y hostil contra huéspedes del establecimiento.
La pareja, que no estaba hospedada, en lugar de entrar al orden, se puso más agresiva, y el joven golpeó con el puño cerrado en tres ocasiones a la mujer, de 75 años.
Tras la agresión, la pareja intentó huir, pero fue arrestada por la policía preventiva.
La pareja fue identificada como Yuliana Morales Gándara y Ánnis Yoshua Charles.
La conducta del sujeto propició que isleños se enojaran y tuvieron la intención de hacer justicia por su propia mano.
La indignación era más que justificada.
Los minutos y las horas pasaron y la pareja no era consignada.
Al final los jóvenes fueron turnados al Juzgado de la localidad bajo cargos de lesiones.
Pero la jueza Georgina Méndez los dejó libres.
El argumento fue que el marine sólo habla inglés y no se le pudo formalmente notificarle los motivos de su arresto. Un tecnicismo.
Es decir, valió más un asunto de forma que un extranjero golpeara a una mujer de la tercera de edad.
Inexplicable la conducta de la Juez.
Por eso estamos como estamos