Por: Fabián G. Herrera Manzanilla
Entre el injustificado proyecto de cambiarle el nombre al aeropuerto de Ciudad Chetumal y la que sería la tercera remodelación a la Avenida de los Héroes con el mismo fin que las anteriores, se han pausado y olvidado muchas acciones y obras urgentes por atender y concretar.
Ocasionando que la capital, a la cual, espero también no la vayan a despojar de su nombre junto con el del Municipio para “atraer turistas”, se vaya marchitando y deprimiendo cada vez más.
Para empezar, no hay colaboración y trabajo coordinado entre la Secretaría de Turismo del Estado y su equivalente en el ámbito municipal, a fin de homogeneizar la información y oferta turística existente en el sur.
A casi ya medio año de haberse declarado el Centro Histórico como “Barrio Mágico”, es muy poco lo realizado para consolidar ese segmento y producto turístico propio de la ciudad, cuyo objetivo es diversificar y reactivar la economía.
Y lo más preocupante, es el interés que ha despertado por conocerlo en otras personas procedentes de diversos lugares del país y del mundo.
Sin embargo, cuando llegan no palpan totalmente lo que mínimamente se promociona, pues la realidad es muy distinta, esto no lo invento, así muchos turistas que hemos atendido en la Casa de la Crónica nos lo han expresado, entre muchas otras observaciones más.
Pero como mencioné al inicio de este comentario, uno de los tantos atractivos más importantes y que despierta muchísimo interés en los turistas por contemplar, son las casas de madera “anglo-caribeñas”, debido a su hermoso diseño arquitectónico muy propio de Belice y aquí vinculado al momento fundacional.
Algunas ya están muy deterioradas y otras con menores pero preocupantes daños en su estructura, que requieren atención inmediata y un rescate a fondo y en forma.
Como es el caso de una ubicada sobre la Avenida Álvaro Obregón entre la Avenida de los Héroes y la Juárez, propiedad de la familia Marrufo Rivero, con más de 80 años de existir y resistirse a desaparecer.
Y ojalá esta humilde opinión de un servidor, motive a las autoridades competentes a consolidar los productos turísticos con que cuenta el sur y Ciudad Chetumal que son muchos, así como ya dejen de decidir unos cuantos, por la sociedad y el pueblo, porque esta tierra la heredamos todos por igual, de nuestros padres y abuelos y tenemos todo el derecho de opinar.
Porque en vano será atraer turistas, si no tienen nada que sea de su interés y los incentive a prolongar su estadía, pero sobre todo, nos promocionen y recomienden positivamente ellos mismos en el exterior.
El sur y Ciudad Chetumal no necesitan “vejigas para nadar”, Bacalar, la Riviera Maya y Tulum caminaron solos en su momento, gracias a la sinergia y voluntad de muchos actores, factores y sectores responsables por consolidarlos turísticamente.
A la izquierda una vista parcial del desaparecido Monumento al Caracol, la casa de la familia Marrufo Rivero y al centro la Avenida Álvaro Obregón con su camellón, años después del impacto del Huracán “Carmen” en 1974.
Hermosa pintura de cómo era en su esplendor esa emblemática casa de madera estilo arquitectónico “anglo-caribeño”.
Excelsa fotografía de la profesional en la materia Ana Gabriela Espejo, ganadora de un concurso en 2017.