Suele ocurrir que en el norte de Quintana Roo, de donde, por cierto, procede la ahora clase política dominante de Quintana Roo, minimicen el empuje democrático de los votantes del municipio de Othón P. Blanco (Chetumal).
El cuatroteísmo caribeño supone que los electores capitalinos están aprisionados entre los programas sociales y la “burocratización” de la economía chetumaleña.
Pero, así lo pensaba el PRI y en 2016 se llevó tremenda sorpresa. Los chetumaleños fueron determinantes para el triunfo del entonces perredista Carlos Joaquín. De los 230 mil votos que obtuvo el candidato de la alianza PAN-PRD, 60 mil fueron en el municipio de Othón P. Blanco, y que de paso implicaron que esta coalición también ganara la comuna capitalina.
Pero, dos años después, en 2018, los habitantes de la antigua Payo Obispo mandaron a volar al PAN y PRD. Esta alianza perdió el 60 por ciento de sus votos alcanzados apneas dos años atrás.. Los entonces partidos de Carlos Joaquín apenas obtuvieron algo así como 24 mil votos, y Morena-PT ganó la alcaldía othonense.
20I6 Y 2018
Y ahora en 2024, los ciudadanos de Chetumal, según diversas encuestas, están dispuestos a “castigar” a la alcaldesa (con licencia), Yensunni Martínez, y a Morena.
La 4T caribeña pondrá a prueba la infalibilidad de sus programas sociales y la dependencia laboral de los chetumaleños. Pero, en 2016 y 2018 no le funcionaron al PRI y al joaquinismo.