Leslie Gordillo/NOTICARIBE PENINSULAR
CHICHÉN ITZÁ.- El hotelero Fernando Eugenio Barbachano Herrero solicitó la intervención del gobierno federal para poner fin al allanamiento de sus hoteles Mayaland y The Lodge at Chichén Itzá, que se encontraba con turistas nacionales y extranjeros hospedados.
En compañía del abogado Manuel Rodríguez Villamill, extendió el llamado a la Fiscalía General de la República y de la Guardia Nacional, para hacer cumplir las leyes en el Estado de Yucatán que le permitan la devolución de sus icónicas propiedades en la zona arqueológica
“El allanamiento violento por gente armada, sin intervención de las autoridades ni el auxilio oportuno de la policía a favor de estos hoteles íconos turísticos de nuestro país ante el mundo, puede afectar severamente la buena imagen que en materia turística tiene México a nivel internacional”, advirtió el empresario.
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El empresario solicitó instruir a la Fiscalía General de la República (FGR) y a la Guardia Nacional para que atraigan el caso y le logren restituir ambas propiedades que fueron invadidas en la madrugada del viernes 18 de febrero pasado por un grupo “de golpeadores” contratados por la empresa Inmobiliaria R4 SA de CV, propiedad de Rodolfo Rosas Moya.
Detalló que el fiscal investigador y la policía estatal han realizado diligencias en las que han constatado que hay gente contratada por Inmobiliaria R4 SA de CV, quienes impiden el acceso a las instalaciones no sólo a los directivos de Posada Chichén Itzá SA de CV, legítima propietaria de los inmuebles, sino incluso a los mismos funcionarios y agentes estatales.
“Se ha pedido por todos los medios legales a las autoridades del Estado de Yucatán que restablezcan el estado de derecho y detengan el evidente allanamiento del que son objeto los hoteles Mayaland y The Lodge, sin obtener ningún resultado a la fecha”, comentó.
Aunado a ello, refirió que “hoy enfrentamos una práctica de abuso que tristemente se hizo común en Tulum y la Riviera Maya, en Quintana Roo, con fraudulenta estrategia de despojos e invasiones y que ahora se asoman a Yucatán, de manos de Rosas Moya y con la complicidad de algunas autoridades”.