Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
MÉRIDA, YUC.-Mérida fue fundada en la parte septentrional de la Península de Yucatán sobre los vestigios de un antiguo asentamiento maya conocido en la región como Ichcaanziho, cuyo significado es “cinco cerros”.
Con el tiempo cambió su nombre por el de T’hoy, y finalmente adoptó el de Mérida, debido a que las antiguas edificaciones mayas produjeron una fuerte impresión en los conquistadores, especialmente en Francisco de Montejo, a quien le recordaba las ruinas romanas que se conservan en la ciudad homónima de España.
El 6 de enero de 1542 Mérida quedó formalmente fundada por don Francisco de Montejo “el Mozo”, quien la dedicó a Nuestra Señora de la Encarnación, registrándose además en el acto de su erección como villa, a 70 familias españolas y 300 naturales como habitantes fundadores.
Para celebrar el 480 aniversario ayer por la noche arrancó el Mérida Fest, que se prolongará hasta el 23 de enero bajo el lema “La ciudad que sabe”, y mostrará el talento de 811 artistas, entre cantantes, músicos, actores, narradores y pintores.
“Hace 480 años, gracias a la mezcla de los españoles con la cultura maya, luego con la china, libanesa y otras, se logró ese sentido único de pertenencia del yucateco que es inédito en su comportamiento, educación, en su forma de ser y lenguaje”, dijo el alcalde Renan Barrera con motivo del aniversario de la ciudad.
Por su parte, el gobernador Mauricio Vila también expresó sus felicitaciones a la ciudad.
El 6 de enero de 1542 Mérida quedó formalmente fundada por don Francisco de Montejo “el Mozo”, quien la dedicó a Nuestra Señora de la Encarnación, registrándose además en el acto de su erección como villa, a 70 familias españolas y 300 naturales como habitantes fundadores.
El desarrollo urbano de la primitiva ciudad respondía a los dictados de la época, bajo un esquema cuadrangular con calles y manzanas trazadas a la manera de un tablero de ajedrez. Se ha dicho que uno de los primeros regidores fue quien la ejecutó, seguramente siguiendo un plano proporcionado por su fundador Francisco de Montejo, quien por el nombramiento de su padre reservó para su familia un gran terreno al sur de la plaza mayor, para la construcción de su residencia.
Hacia los cuatro puntos cardinales de la citada plaza, la población quedaría dividida finalmente en cuatro secciones con sus barrios, mismos que además contaban con sus santos patronos, de tal forma que al sur queda San Sebastián, al poniente Santiago y Santa Catarina (hoy parque Centenario), al oriente San Cristóbal y al norte Santa Lucía y Santa Ana.
Prácticamente esta disposición determinaba de forma muy clara los barrios considerados de “extramuros” para los habitantes indígenas, mientras que el centro de la ciudad se reservaba para los colonos españoles.
El desarrollo arquitectónico se vio rápidamente incrementado, principalmente por edificios religiosos erigidos por los evangelizadores, quienes construyeron ermitas, capillas, conventos y templos, la mayoría orientados hacia el poniente y dispuestos frente a hermosas plazas que en ocasiones funcionaron como atrios.
Mérida es una ciudad que se caracteriza por su arquitectura modesta y sencilla pero sobre todo es reconocida por sus materiales constructivos propios de la región que la hacen verse como una gran mole blanquecina que resalta aún más la iluminación del sol, aspecto que le ha valido el sobrenombre de Ciudad Blanca.
Se ha pensado también que aquella modesta sencillez que viste a Mérida, se debe en buena medida a varios factores, entre los que se cuentan la influencia de los franciscanos, la exigua estructura urbana con calles estrechas y la remembranza de algunos antiguos pueblos castellanos andaluces en la memoria de quienes lo construyeron. De cualquier forma, muchos de los edificios han conservado su aspecto original, con vestigios de estilos enriquecedores como el barro, churrigueresco neoclásico. Todos con un interesante desarrollo que denota un particular estilo regional, aunque algunos otros fueron afectados por el estilo afrancesado que imperó en México durante siglo pasado.