• Volver a legislar a espaldas del pueblo.
• PAN y MC guardan sospechoso silencio.
Después de haber sido recibida a huevazos, con el pie izquierdo inició la labor de la XVIII Legislatura. ¿Plan transexenal?
Hicieron polvo el compromiso de Jorge Sanén, de legislar con el pueblo dando prioridad al “Parlamento abierto”, no convocándolo, máxime cuando se trata de un conjunto de leyes que impacta el mayor reclamo social: injusticia e impunidad.
Mientras tanto, PAN y MC, cuyos representantes no asistieron a las sesiones, guardan inexplicable silencio; así van demostrando de qué estarán hechos en los siguientes tres años. Al PRI de todos modos, la sociedad ya lo había perdido.
Las 22 diputadas y diputados que levantaron el dedo pudieron leer, ya no digamos analizar -como es su obligación-, el conjunto de 10 iniciativas que reforma 13 leyes secundarias más la Constitución, en puntos medulares. El pueblo, mucho menos sabe qué es lo que aprobó tan apresuradamente la XVIII Legislatura.
Imposible leer, humanamente, en un tiempo que va de la noche del viernes 6 de septiembre -cuando convocaron repentinamente de manera “sospechosa” por decir lo menos-, a la mañana siguiente del sábado 7, cuando comenzó el maratónico “sábado negro legislativo” que enlutece la historia de la legislación en Quintana Roo y vaya que no ha sido nada brillante.
En unas horas del sabadazo: dos sesiones plenarias y cuatro de comisiones, antes de entrar la tarde. Descontón a la sociedad! Con esto la XVIII se convertirá en “la legislatura más productiva del país”.
¿Pero qué necesidad y por qué tanta prisa? ¿Por qué ese tipo de acción que más parece un golpe de estado legislativo?
Ni siquiera dieron tiempo de leer 13 iniciativas, mucho menos hacer las consultas documentales básicas que implica un primer nivel de análisis para emitir un voto medianamente razonado.
¡Un cochinero! Una soez burla al pueblo, al que consideran tonto.
Esta es la forma con la que se estrena la XVIII Legislatura; la forma es fondo. En siguientes entregas abordaremos aspectos del fondo. Usted tiene la última palabra.