Por Francisco J. Rosado May
Las noticias en México sobre el COVID-19, en la última semana, no son buenas.
Si bien es importante saber que el impacto del virus no ha sido controlado, que a nivel mundial estamos en tercer lugar de mayor número de defunciones por la pandemia, que hay confrontaciones entre López Gatell y varios gobernadores por la metodología del semáforo y diferencias de opinión para diseño de política pública, el debate sobre la fecha y condiciones para el regreso a clases presenciales, etc.,
También hay otras noticias, no relacionadas con el COVID-19, como el caso del juicio a Emilio “L”, o el de García “L”, o el tren Maya, o las elecciones presidenciales este año en Estados Unidos, o las de México en 2021.
Lo anterior es relevante a nivel nacional pero no necesariamente a nivel local, especialmente a nivel del bolsillo de quienes tienen que trabajar y vivir al día. Ojalá que ellos, los millones que están en niveles de pobreza, más los que se acumulen, tengan espacios generados por políticas públicas sociales diseñadas para la recuperación económica.
En mi comunidad, los vecinos se han organizado; por un lado, para enfrentar la inseguridad y, por otro, encontrando formas de reactivar su economía. Es impresionante observar los cambios en la reorganización del tejido social y sus funciones e innovaciones, con la tecnología digital. Como es más fácil tener señal de WhatsApp, los anuncios de productos, alimentos, servicios, etc., están siendo difundidos y aprovechados por ese medio. Todo por iniciativa ciudadana.
Por otro lado, a nivel de gobierno municipal no se observa innovación. La adaptación a las condiciones de la contingencia por el COVID-19 podrían ser mucho mejores que pedir como requisito a los residentes que en forma obligatoria tengan credencial de elector con domicilio referido en la comunidad para el trámite de licencia de manejar. Esta medida asume que es fácil sacar una nueva credencial y no hubiese violación a derechos humanos y constitucionales. Lo mismo aplica cuando en los trámites se exige copia del CURP o acta de nacimiento recientes, como si los anteriores no tuvieran validez. ¿Y que tal esa idea de que los ciudadanos tengan un pasaporte sanitario donde conste que no es portador de COVID-19? ¿De donde sacan esas medidas? ¿Con que bases legales o científicas?
En estos tiempos de la nueva normalidad, la buena innovación debe estar presente en todas las acciones y decisiones.
Ojalá se estén llevando a cabo estudios que permitan a las redes de WhatsApp, u otros medios accesibles a la población, poder mejorar sus técnicas de venta y de servicios. Esto aplicaría no solo a comunidades rurales sino a urbanas también. Por supuesto que el factor cultura debe ser una variante importante por considerar.
Ojalá los resultados de estudios se conviertan en talleres de difusión y capacitación para mejorar las probabilidades de éxito en la recuperación económica comunitaria, no solo para las medianas y grandes empresas.
Ojalá que se reconozca e impulse investigación científica que resuelva problemas de la población con niveles de pobreza, no solo investigación básica o aplicada a empresas grandes.
Ojalá que los servicios municipales, especialmente los que implican ingresos a sus arcas, tengan una dosis de innovación ad hoc a las condiciones actuales y a los derechos humanos y constitucionales.
Ojalá los tomadores de decisiones tengan la formación y sensibilidad para innovar mas allá de la obligatoriedad del uso de cubrebocas, sana distancia, higiene y confinamiento. La recuperación económica es mucho más que eso.
Ojalá toda la población tenga acceso, con equidad, a servicios de salud y educación, pero que la equidad también se refleje en la calidad. Ojalá se eliminen las desigualdades porque la mala atención a la salud o la educación de mala calidad implica más subdesarrollo.
Ojalá los pequeños productores de alimentos reciban los apoyos financieros, técnicos y reconocimiento a su sabiduría ancestral. No solo los grandes productores lo necesitan.
Ojalá exista una planeación de todo el proceso de la pandemia, no solo la parte de como enfrentar la pandemia, sino también que se atienda adecuadamente la recuperación económica, social, productiva, cultural, etc., post confinamiento. Ojalá no nos estanquemos con el tema del manejo de la pandemia o las cifras; ojalá que, sin descuidar lo anterior, también abordemos el futuro del post confinamiento con calidez y calidad.
Ojalá haya eco en alguna oficina de algún nivel de gobierno de las reflexiones de esta y muchas otras columnas abordando el tema de la recuperación post confinamiento.
Ojalá tengamos la suficiente inteligencia personal y colectiva para reconstruir una sociedad inclusiva, con mejores e innovadores paradigmas que guíen nuestro desarrollo.
Ojalá lo hagamos en paz, con respeto, tolerancia, construyendo los puentes necesarios para lograr los acuerdos nacionales.
Ojalá no desperdiciemos la oportunidad.
Ojalá.
Dr Francisco J. Rosado-May
Rector Fundador / Founding President
Universidad Intercultural Maya de Quintana Roo
(Febr. 2007-Febr.2015)
Profesor-Investigador Titular /Full Professor, UIMQRoo
José Ma Morelos, Quintana Roo, México