Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
Hasta antes del 3 de mayo, día de la Santa Cruz, el tema que dominaba las conversaciones era la política, especialmente la local. Pero con tantos incendios, chicos y grandes, y la falta de lluvia, que no ha caído como debe de ser, la conversación dominante gira en torno al título de esta entrega.
La sequía y el calor han sido terribles. Varios cultivos están en alto riesgo de siniestro. No es posible planificar la milpa. Hay preocupación entre los agricultores. En años normales ya habían caído varias lluvias en los meses pasados. Había la esperanza de que el 3 de mayo llegue con lluvia. No lo hubo. Ahora la tradición señala que podría ser alrededor del 15 de mayo, día de San Isidro Labrador, ojalá llueva y ojalá aguanten las plantas. Hasta ahora las ceremonias de Ch’a Cháak o petición de lluvia, no han funcionado.
En este 2024 el clima mundial está siendo afectado por el fenómeno de “el niño”, y se pronostica que también tengamos “la niña” a partir del segundo semestre del año.
El niño es causado por el incremento de la temperatura media, en las aguas a lo largo del Ecuador del planeta. El aumento de tan solo un grado centígrado, del promedio, implica un cambio en evaporación y en los vientos, por tanto, movimiento de las nubes y cambios en la distribución de la precipitación en el planeta. Este año sabemos de inundaciones extraordinarias en países ubicados en el desierto, como en Emiratos Árabes Unidos, mientras que donde se esperaban lluvias, como en Q. Roo, no las ha habido.
La niña es el fenómeno inverso. Los movimientos de aire pueden provocar que la temperatura media alrededor del Ecuador baje al menos un grado en promedio, provocando, por tanto, otros cambios en patrones de precipitación.
El niño y la niña han estado presentes en nuestro planeta desde antes de incremento fuerte del calentamiento global, pero los patrones de comportamiento son cada vez más difíciles de predecir por las afectaciones que al planeta hacemos los humanos. Algo hay que cambiar urgentemente.
Punto y aparte. Llama la atención que la revista Science, la más prestigiada en el ámbito científico, publique en el núm. 6695, vol. 384, del 3 de mayo, curiosamente, dos sendos artículos de Pérez Ortega. Uno se titula “Una científica para presidenta” y el otro “Una ingeniera candidata de oposición (traducción de FJRM). El solo hecho que la revista haga esas publicaciones está enviando varios mensajes. Hay preocupación en el ámbito internacional sobre el papel de México en la atención de problemas globales. Por ejemplo, políticas de energías limpias o no, habrá o no atención a las causas que ocasionan los problemas globales.
Con datos de 2022, México fue el noveno mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo. Solo Brasil lo superó en Latinoamérica. Hay que hacer un cambio fuerte en política pública, no solo en la producción de energía sino también en transforma los sistemas alimentarios hacia la sostenibilidad. Y para eso hay que tener perfiles adecuados en posiciones de toma de decisiones, invertir en educación de calidad, mejorar la normatividad, facilitar la inversión, mejorar la gobernanza abriendo espacios para la eficaz participación ciudadana, monitorear los resultados y hacer los ajustes.
¿Difícil? Sin duda, pero la alternativa es peor; pueden desaparecer las expectativas de lluvia del 3 y del 15 de mayo de cada año, no solo reubicando las fechas sino peor, vivir sin lluvias. Toda la agricultura de temporal se derrumbaría.
Es cuanto.