Francisco J. Rosado May
Prácticamente han iniciado las campañas 2022. Si bien por el momento se han dirigido a los militantes del partido/s que representan, los mensajes y propaganda son públicas. No hay tiempo que perder.
La lucha por los votos tiene dos puntos cruciales, cada uno retroalimenta al otro; por un lado, está la percepción ciudadana y, por otro, su transformación a través de la narrativa que cada candidato/a maneja en sus mensajes y propaganda.
En Q. Roo cada vez es más claro que las campañas están alcanzando nuevos niveles. Ya no es garantía obtener el voto mediante una despensa o pago. Lograr que los votantes salgan a votar y lo hagan por uno u otro candidato/a, requiere de nuevas estrategias que aprovechen la nueva tecnología, las condiciones socioeconómicas del entorno y logren comunicar eficazmente su mensaje.
El nombre del juego en un proceso electoral es Manejo de la Percepción. Candidato/a que logre posicionarse mejor en la percepción de un votante, obtendrá ese voto. El reto es convencer a la mayoría de los votantes para que voten a su favor.
La percepción se alcanza por varios medios. Las formas exitosas toman en cuenta no solo la percepción al iniciar el proceso electoral, sino también definir cual sería la percepción que se pretende y se pueda alcanzar en el periodo de la campaña para lograr el cambio en la dirección que cada candidato/a necesita. No es tarea fácil, se requiere liderazgo y equipo con experiencia, claridad, acceso a datos y su excelente manejo, estrategias innovadoras, dinero, y, especialmente, comunicar en forma eficaz los mensajes clave a los diversos sectores de votantes.
La percepción del votante se moldea mediante la combinación de mensajes clave, llamado también narrativa, con bases que la sustenten. No debe haber contradicciones entre lo que se busca transmitir como mensaje y lo que hace el partido o candidato/a. De hecho, la desarticulación entre lo que se dice y se hace explican el desplome de la intención de voto para el/la candidata/a que no tenga esa congruencia.
La narrativa tiene varios momentos y formas. Se necesita una narrativa que transmita un mensaje sencillo, que se identifique con el grueso del electorado, y, posteriormente, narrativas dirigidas a grupos específicos de electores. Por ejemplo, la narrativa anticorrupción cubre a un altísimo porcentaje de electores; la narrativa sobre manejo de la economía cubre principalmente al segmento empresarial. Ambos son importantes y hay que saber como conectarlos entre sí.
En Q. Roo se perfila que la narrativa de la oposición descansará en buena medida en criticar al gobierno en turno. El o los partidos del gobierno en turno tratarán de presumir sus logros. Ambas partes buscarán insertar su mensaje en la percepción de los votantes y ganar. ¿Habrá una tercera opción de algún candidato/a antisistema como han emergido en elecciones recientes? Esta tercera vía apuesta a que la sociedad necesita un cambio fuerte, que no ofrece ninguna de las otras narrativas.
Las encuestas y sondeos de opinión permiten saber si una narrativa y su forma de comunicación está logrando cambiar la percepción en forma favorable. En caso contrario se necesita un cambio del mensaje. Para esto se han desarrollado técnicas como grupos focales o lectura de expresiones faciales y corporales, a través de cámaras, de los posibles votantes cuando escuchan a algún candidato/a.
¿Cuáles serán las narrativas que se usen en Q. Roo y cuál será la que más votos atraiga?
Es cuanto.