Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
¿Ha tenido la sensación de que en estos días hemos tenido un calor inusual? No está equivocado/a. El 25 de abril Thompson y colaboradores publicaron el artículo núm. 2152, vol. 14 de la revista Nature Communications, donde revisan la aplicación de un modelo que usa estadística de valores avanzados extremos con respecto a temperaturas ambientales. Lograron identificar partes del planeta donde el impacto de las rachas de temperaturas altas tendrá el mayor impacto; una de esas partes es Centro América, lo cual explica en parte la sensación de mucho calor que tenemos en estos días. El efecto puede ser más difícil porque la población no tiene los servicios de salud y sistemas alimentarios preparados.
El 3 de mayo la Organización Meteorológica Mundial-ONU, anunció que entre julio y septiembre hay un 80% de probabilidad de que se forme “el niño”. Así que a prepararnos.
Hace apenas unos años, por otra parte, manejar en Quintana Roo durante los meses de abril y mayo implicaba estar preparados para limpiar con frecuencia el frente del vehículo porque tenía muchas mariposas pegadas. También se observaban pájaros comiendo las mariposas muertas en la carretera. Hoy apenas quedan pegadas unas cuantas en el parabrisas y casi no hay pájaros. Las pocas mariposas que hay parecen volar más alto que de costumbre.
Los estudiosos de las mariposas han encontrado, desde hace varios años, cambios en su comportamiento, están teniendo problemas de sincronización entre el momento de su eclosión y la disponibilidad de alimentos, ya no coinciden; están eclosionando demasiado pronto. En el Himalaya se ha observado y documentado (The Shillong Times, Oct 14, 2020) que las mariposas están volando mucho más arriba de la altura acostumbrada, como efecto del calentamiento global. El Washington Post reportó el 4-03-2021 que las mariposas se están alejando del oeste de Estados Unidos por el cambio climático.
No solamente medios han notado y publicado lo anterior, también hay estudios científicos. Por ejemplo, en la revista Biological Reviews, Hill y colaboradores publicaron en el núm. 96, 2021, información que indica que la distribución de la población de lepidópteros (mariposas) está alterándose por el cambio climático y la fragmentación de ecosistemas.
Si lo anterior no es suficiente, durante el último encuentro sobre cambio climático el Secretario General de la ONU dijo, palabras más o menos, “estamos conduciendo nuestro vehículo (planeta) hacia el infierno y no quitamos el pie del acelerador”. Estas palabras, que deberían resonar en todos los gobiernos para preparar a la población, tomar medidas precautorias y mitigantes, parece que tuvieron más eco entre los inversionistas y banqueros.
Alguien puede decir que los millonarios son los que más pérdidas pueden enfrentar por el calentamiento global, lo cual es discutible. El Banco de Pagos Internacionales (BIS por siglas en inglés) organizó una conferencia llamada “Cisne verde 2023, transición climática en la economía real: ¿qué deben saber los bancos centrales?” (https://www.bis.org/events/green_swan_2023/overview.htm). En su visión y contexto, la gente del dinero ha aceptado que se ha rebasado el límite aceptable de contención del calentamiento global y está preparándose para invertir bajo ese nuevo contexto.
Ante los escenarios descritos, ¿qué estamos haciendo los que no tenemos el capital para las grandes transformaciones en tecnología que nos permita enfrentar el cambio climático con éxito? Tenemos opciones, académicos y personal preparado, pero necesitamos mejores políticas públicas y personas altamente capacitadas en cargos de toma de decisiones.
Es cuanto.