Francisco J. Rosado May
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“Si te mueves disparo” gritó el agricultor que atrapó a un ladrón en su parcela, hace unos días, ubicada en una unidad de riego poco menos de 1 km de José Ma. Morelos. Estaba muy nervioso, tenía una escopeta que no estaba cargada y no sabía si el ladrón estaba armado.
Era demasiado, decidió montar guardia por varias noches, encaramado en unas ramas que acondicionó, tratando de adivinar donde sería el siguiente segmento de la parcela que sería robada. Una noche escuchó pasos y siguió la silueta, cuando el ladrón se detuvo para bajar los limones, el agricultor prendió su foco, apuntó su arma y en voz alta detuvo al ladrón. Éste no esperaba encontrarse a alguien, obedeció, pero en un descuido del nervioso agricultor huyó. El ladrón fue reconocido por el agricultor, un mozalbete menor de edad.
Al día siguiente el agricultor se presentó en la fiscalía para denunciar el hecho, pero en vez de recibir una atención adecuada y amable, le pidieron que debe demostrar la propiedad de la parcela (¿cómo si es ejidal?) y evidencias de que efectivamente el ladrón es quien decía que se metió a la parcela para robar. Entre los asistentes comentaron que los robos en parcelas se han estado agravando mucho en todas partes. Días antes, la radio local había entrevistado al comisariado ejidal de otra comunidad quien señaló que ante la impotencia de esperar que la justicia actúe en contra de los ladrones, los ejidatarios se han organizado para detener los robos.
El agricultor y sus compañeros ya habían sido víctimas de robo en varias, demasiadas, ocasiones; el esfuerzo de su arduo trabajo se esfumaba ante sus ojos. No es nuevo, sucede cada vez que los productos que tiene en su parcela alcanzan precios altos en el mercado. Entonces los integrantes de la unidad de riego presionaron –¡que necesidad!— a las autoridades para que atiendan el caso, aunque por experiencia sabían que la denuncia no tendría resultados. Ahora están organizados y están preparados para eventualidades, protegiendo el fruto de su trabajo y el bienestar de su familia.
Los productores no solo tienen que enfrentar y superar problemas de plagas, enfermedades, fluctuación de precios, coyotes y altos precios de insumos para poder brindar la manutención a su familia, sino que ahora tienen que enfrentar ladrones y un sistema de justicia que no parece estar hecho para atender en forma expedita casos tan frecuentes como el que se ha descrito.
A pesar de lo cotidiano de los robos es interesante notar que no se escucha en ningún candidato o partido proponer alternativas para atender en forma adecuada el tema de la inseguridad ciudadana.
La inseguridad ya está en el primer lugar de preocupación ciudadana, en JMM y en muchas comunidades. En segundo lugar, pero relacionado con lo anterior por ser zona agrícola, está la situación económica. La pandemia está en un lejano tercer lugar de preocupación.
En el ejido Calderitas, por ejemplo, se han acumulado numerosos llamados ciudadanos para que las autoridades intervengan y pongan un alto en la venta ilegal de terreno ejidal, en las invasiones, en la falsificación de documentos. Las autoridades ejidales han hecho lo propio ….y nada.
Lejos, demasiado, están aquellos días cuando existía el respeto a lo ajeno; cuando alguien en la comunidad cometía un agravio como el perjuicio del patrimonio de alguien, no había la sobreprotección que hoy se percibe, tanto del sistema judicial como de las familias de los ladrones. Había un sistema comunitario de gobernanza que impartía justicia, se trataba de inculcar el respeto al trabajo ajeno. Es necesario e indispensable recomponer el tejido social, la confianza ciudadana en las autoridades y el respeto a su trabajo honesto. Junto con la educación de calidad, la impartición de justicia pronta, sin corrupción ni impunidad, son la mejor vía para salir del gran bache económico y de desarrollo en el que estamos actualmente.
Ojalá los candidatos presenten y cumplan, propuestas para erradicar la inseguridad ¿o no saben de los 169 incidentes de violencia política desde septiembre 2020, con un saldo de 143 muertos? Sin propuestas viables ninguna de las alternativas es halagüeña, o los agricultores dejan de producir o toman justicia por su propia mano.