Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
El acceso a la educación es un derecho humano universal. El acceso a educación de calidad es privilegio de unos cuantos.
Lo anterior es una afirmación fuerte, pero, independientemente del porcentaje de la población que va a la escuela y/o que recibe educación de calidad (no simulación), es indispensable retomar un tema aparentemente olvidado en el sistema educativo, pero presente en muchísimos, demasiados, senos familiares.
Platicando con una experta en sicología educativa, en una comunidad indígena de Quintana Roo, me confirmó la observación que está presente en las pláticas entre académicos de todos los niveles educativos, desde elemental hasta superior: hay una notable situación entre los estudiantes, cada vez más hay personas con dificultades de aprendizaje. Aparentemente también hay un incremento en el número de casos de niños/as a quienes se les ha detectado lo que se conoce como Síndrome de Deficiencia de Atención, muchas veces acompañado con hiperactividad.
El asunto no es menor. Por un lado, tenemos los malos resultados de la prueba PISA entre estudiantes mexicanos, que, aunque se diga lo que se diga, es el instrumento en el que muchos países confían para saber que tan bien van en el tema de educación y aprendizaje. Por otro lado, sabemos que existe una alta diversidad entre las formas de aprendizaje. Hay investigaciones científicas que demuestran que los Indígenas tenemos otras formas de aprendizaje que no son exactamente iguales a los que sigue la escuela convencional, en cualquier nivel educativo. Se sugiere a las personas interesadas en el tema que hagan una búsqueda usando las palabras LOPI o Barbara Rogoff.
Imaginemos el siguiente escenario que ya no parece ser solamente teórico. Un país en donde la población con deficiencia de atención crece, al ir a la escuela tiene dos posibilidades, que aprueben o reprueben. Cualquiera de ambas posibilidades resulta en detrimento de el/la estudiante, su familia y la sociedad. Al llegar a nivel superior también tendrán las mismas posibilidades, dependiendo del nivel y ética de los profesores, o aprueban o reprueban. Es una situación de perder-perder. Y todo porque hay una combinación de factores, por un lado, puede estar la condición del síndrome de deficiencia de atención y por otro un sistema que no solo no lo detecta a tiempo sino que no está preparado para atender los casos en forma adecuada y exitosa. En el caso de la cultura Indígena, lo antes descrito se suma a los muchos otros factores que explican la decadencia de esa cultura que poco a poco conducen a su extinción. Escenario que posteriormente, en el mercado laboral tendríamos personas sin las condiciones para hacer que la economía del país mejore en forma significativa.
Ahora que hay campaña para elecciones, no sería mala idea que los equipos de trabajo de tod@s los candidat@s a cualquier posición, atiendan el tema y procuren crear condiciones para doblar y revertir la tendencia de la curva de crecimiento de población en condiciones de aprovechamiento bajo o nulo. La educación no solo es tarea de los profesores en al aula, también lo es de los padres, la familia, del gobierno, de la sociedad en general.
Se debe pensar en un sistema educativo que genere oportunidades para el aprendizaje significativo basado en las mejores formas de aprendizaje de los estudiantes, currículo y sistema flexible, promover la motivación y si no hay ni la capacidad ni la motivación el sistema debe crear alternativas, opciones y los apoyos necesarios.
Es Cuanto