Francisco J. Rosado May
fjrmay@hotmail.com
El título de esta entrega debería ser “o atendemos las causas del cambio climático, mediante mejores políticas públicas, acciones coordinadas entre gobierno y comunidades locales, y funcionarios públicos mejor capacitados, o tendremos problemas sociales sin precedentes”. Pero, aunque refleja mejor la idea, es demasiado largo. Y no es nada halagüeño pensar en que los problemas sociales que actualmente tenemos en nuestro estado y país, relacionados con violencia, educación, salud, polarización social, seguridad, entre otros, dependiendo de cada lugar, se verán influenciados por temas más allá de lo local o nacional, como el cambio climático.
Dos elementos sobre el cambio climático que no hay que perder de vista, y que dan respuesta a comentarios recibidos por la entrega anterior son:
Un informe del World Resource Institute, publicado en agosto 2023, está recibiendo bastante atención. Se titula “25 países, que hospedan a un cuarto de la población mundial, tienen el enorme reto de enfrentar un estrés extremadamente alto por falta de agua” (traducción personal). Está disponible en https://www.wri.org/insights/highest-water-stressed-countries.
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El reporte presenta un mapa mundial con los países en colores que representan las siguientes categorías con base en el estrés por agua: Países áridos y bajo uso de agua; bajo, medio bajo; medio alto; alto; y extremadamente alto. Las regiones con el problema extremo se ubican en Oriente Medio, Norte de África y partes del sur de Asia.
Los países con estrés alto y con tendencias a agravarse están distribuidos en 4 de los 5 continentes. En el nuestro, los que están en esta categoría son México, Perú y Chile.
Entre las actividades económicas que más van a tener problemas, además de las poblaciones, está la agricultura intensiva. No en balde en África se están llevando a cabo reuniones de alto nivel, organizadas por Fundación Rockefeller, Global Alliance for the Future of Food, The Transformative Platform Partneship for Agroecological tranfromation, ICRAF, y otros. En nuestro país y continente no debemos descuidar este proceso de preparación y búsqueda de alternativas para transformar los sistemas alimentarios. Hay trabajo por hacer, no debemos esperar peores condiciones.
Por si lo anterior no fuese suficiente, la revista Nature acaba de publicar, 27 de marzo, un artículo de Agnew Ducan Carr, con el título de “Se ha pospuesto el problema de cuidar el tiempo debido al calentamiento global” (trad. personal). El cuidado del tiempo, para tener la precisión que se necesita en diferentes procesos en todo el mundo, requiere de una Coordinación Universal del Tiempo (UTC, en inglés). Esta coordinación se asocia estrechamente con el movimiento de rotación de nuestro planeta. Cada ciclo de rotación equivale a 24 h.
La rotación no es constante, depende del movimiento angular del planeta. Este movimiento ha disminuido más rápidamente en años recientes porque el movimiento del líquido que está en el centro del planeta también ha disminuido en forma constante. Esto implica que la UTC debe estar ajustando el tiempo constantemente. Todo lo anterior se relaciona fuertemente con el deshielo en ambos polos del planeta, deshielo causado por el calentamiento global, el cual es causado por el incremento en la emisión de carbono y otros elementos, el cual es agravado por la deforestación y la pérdida de biodiversidad y cobertura, el cual afecta el ciclo del agua, lo cual causa las sequías mencionadas en la primera parte de esta entrega.
Clase política y sociedad (no Houston), tenemos un problema y es muy grave. No tenemos mucho tiempo, se requiere de mejores políticas públicas, políticos y servidores públicos mejor preparados y una sociedad participativa con mejor gobernanza. No es mucho pedir. La alternativa no es alternativa.
Es cuanto