Hugo Martoccia
En este mismo espacio se dijo alguna vez que el problema de Mara Lezama no era el 5 de junio, porque la elección estaba ganada hace mucho, sino que los problemas empezarían el día 6. Y así ha sucedido. Varios frentes se han abierto en estos días, que podrían marcar a fuego la administración.
Uno, que ya se comentó aquí, es el del Verde Ecologista. Los morenos aún no digieren (y posiblemente nunca lo harán) que el Verde pase a ser un socio igualitario en la 4T local. Pero las cosas podrían ser aun peores. No son pocos los que dicen que el Verde, a la larga, será el socio mayoritario de este proyecto. ¿Será así? Hasta hoy, las señales van en ese sentido. Habrá que ver si Mara puede o quiere dar un giro hacia otra dirección.
Otro tema es el de la conformación del gabinete. Allí están centradas todas las expectativas del Gobierno que vendrá. La primera ronda de consultas que ha hecho Mara para armar su gabinete no es muy esperanzadora. La propia gobernadora electa dijo que está recibiendo ternas de cámaras empresariales. Y eso tiene muy poco que ver con la 4T.
¿Quienes van a dar las ternas? ¿Los mismos empresarios que operan en las sombras para tirar el proyecto del Tren Maya, a los cuales, dicho sea de paso, Adán Augusto ya señaló? Ahí ya ha empezado la primera confusión ideológica y política.
Y el tercer gran tema es el de Marybel Villegas. Y es el primero que habrá que analizar.
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MARYBEL Y EL PODER DE MARA
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Primero hay que poner las cosas en su lugar. Marybel no es aliada de Mara; no fue realmente su coordinadora de campaña (ese era un cargo de membrete; la senadora no tuvo nunca una participación en el war room de la candidata a gobernadora) y la decisión política es que tampoco sea la coordinadora de los diputados de MORENA.
Otro punto para aclarar. La decisión de que Marybel no llegue a ese cargo tiene dos artistas: una política y otra institucional. La política no responde específicamente a Mara ni al Verde Ecologista.
La enemistad de ambos con la senadora es pública y notoria, pero la principal negativa viene del CEN de MORENA, a donde no quieren nada con Marybel. Esa dirigencia no olvida ni olvidará los desplantes y los ataques de la senadora cuando no le dieron la candidatura de Cancún en 2021. Y por ello, no la consideran confiable.
La otra arista, la institucional, es más complicada. Marybel quiere la Coordinación de MORENA y quedarse con la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso (Jugocopo). Un cargo de enorme poder, por donde pasa, sin duda, una parte central de la gobernabilidad del estado. Y con un dato no menor a tomar en cuenta: maneja un presupuesto de más de 400 millones de pesos anuales.
Pensar que Marybel pueda asumir ese cargo y no convertirse en el principal problema político e institucional para Mara, es de un inocencia rayana en lo irresponsable. El mejor plan para todos es que Marybel vuelva al Senado. Hay quien ha puesto sobre la mesa, incluso, un arreglo económico con la senadora para que eso suceda.
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LA JUGOCOPO, EL VERDE Y EL PT
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¿Hacia dónde va la situación? La ley dice que MORENA, como Grupo Legislativo más grande, debe elegir qué año va a presidir la Jugocopo. Si MORENA elige el segundo y le deja el primero al Verde Ecologista (esa es la intención de Jorge Emilio, que quiere allí a Renan Sánchez Tajonar para luego enviarlo a pelear por Cozumel en el 24) podría sacarse mucha presión de encima.
En ese caso, la discusión de Marybel por la coordinación de los diputados no incluiría la presidencia del Congreso, y aunque le dieran esa coordinación, su poder podría disminuirse. La fuerza de la coordinación está en la Jugocopo, donde esa persona representa al voto de todos sus diputados, en este caso los 10 de MORENA.
Pero incluso en ese ámbito, si el Verde y el PT se mantienen del mismo lado de Mara, y alguno de los dos logra la incorporación de Julián Ricalde (el PT también habló con el ex perredista ya) tendrían la mayoría para manejar la Jugocopo.
La intención del marismo, sin embargo, es que el coordinador sea Humberto Aldana. Aceptan también las intenciones que pudiera tener Ricardo Velazco. Pero, por ahora, no van más allá de eso.
Marybel se escuda en un acuerdo que se habría hecho con el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, para que ella presida el Congreso, y luego sea la candidata en Cancún en 2024. En el entorno de Mara dicen que un Secretario de Gobernación nunca puede apostar a la ingobernabilidad por mantener un acuerdo político que se justificó en su momento, pero que ya no tiene validez. Hay que rehacer ese acuerdo, dicen.
Esos son los hechos y las condiciones, y todo quedará decidido antes del 3 de septiembre. O sea, más de 20 días antes de que asuma Mara, ese gran conflicto habrá estallado. La decisión del destino político de Marybel mostrará hasta donde llega o no llega el poder de Mara. Así de simple y complejo a la vez.
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LA AVANZADA DEL GATOPARDISMO
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En una columna publicada aquí mismo el 1 de Mayo, se hacía la pregunta si Mara representará la Transformación o el Gatopardismo. (Ver abajo). Lo primero, sería impulsar la agenda de la 4T. Lo segundo, apostar al Gatopardismo, se presentó textualmente así:
“En Quintana Roo sería algo así como: “cambiemos de partido, cambiemos de figura central, cambiemos de estética política; pero nos mantengamos los mismos de siempre, haciendo lo mismo de siempre, para que las cosas sucedan igual que siempre”.
La primera parte de esa consigna ya ha sucedido. Ahora van por la segunda.
En ese contexto, ha comenzado una estrategia de debilitamiento ideológico alrededor de Mara. La estrategia tiene mucho impacto, porque el entorno de la gobernadora electa es muy poco ideológico y muy poco 4T. De hecho, sobran los dedos de una mano para contarlos.
Lo que se busca es convencer a la gobernadora electa que los empresarios, los políticos del viejo sistema, los poderes fácticos, y hasta la prensa sistémica, son irremplazables para gobernar. El establishment quintanarroense, digamos. “No se puede gobernar sin nosotros”, le dicen a coro a Mara Lezama.
Son los mismos que llevan adelante la “trampa de la concordia”. Un plan que incluye una Mara “aliancista” con el pasado y el presente; un pasado y un presente, debe decirse, que hoy son parte activa de su alianza política. Le dicen al oído que son ellos, y su operación electoral y política, los que la hicieron ganar el 5 de junio. Y le presentan un plan de gobierno “exitoso”.
Sólo necesitan instalarse donde está el dinero y el poder. Por ejemplo, Finanzas, Obras Públicas, Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, y algunas “cajas chicas” imprescindibles, como CAPA, Agepro y un largo etcétera.
Desde allí, pueden sostener un sistema acostumbrado a los sobre precios, a la obra pública para pagar favores políticos, y al Gobierno como una agencia de colocaciones para los amigos. Pero a la vez le liberan recursos a Mara para hacer un agenda 4T, aunque acotada y más mediática que real. Un gobierno cosmético.
Ya tienen hasta lista la iniciativa para reestructurar la deuda pública, y, en una hoja aparte, la consultora que hará el trabajo. Por supuesto, con el monto total que cobrará, y el “retorno” obligatorio.
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EL CONOCIDO CAMINO DEL FRACASO
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La propuesta es, claramente, una trampa. Pero es muy tentadora. Supone casi montar la figura de Mara, y sus 57% de los votos, sobre un esquema que sabe cómo marchar sin demasiados cambios. De hecho, sin ningún cambio real.
El problema es que esa propuesta es casi el camino directo al fracaso político del próximo sexenio. Una cosa es abrir la puerta a todos y estirar la mano para hacer acuerdos, pero poniendo la agenda pública, que debe ser la de la Cuarta Transformación (es lo que decidieron los votantes). Y otra muy distinta es entregar porciones de poder a los de siempre para que hagan lo de siempre.
Para que se entienda claramente: el 57% que votó por Mara quiere una transformación profunda. Una abrumadora mayoría de su equipo, el cercano y el añadido, sólo pide que nada cambie, y que la política siga siendo lo que es.
Hace quizá un par de décadas que a Quintana Roo lo manejan esos grupos. Han hecho un estado con una industria pujante y de talla internacional, como es el turismo, pero han multiplicado las desigualdades como nunca antes. Quintana Roo es una marca turística mundial, y ese es su éxito. Pero a la vez es un Estado endeudado, incapaz de resolver sus desigualdades, y entregado a la corrupción.
En los próximos días Mara nombrará a su equipo de transición, y en septiembre habrá nuevo gabinete. Y ese será otra prueba de que tan lejos llegará su poder.
Los nombres que allí aparezcan demostrarán si el poder ha cambiado de manos. O simplemente ha cambiado de rostro y de estética.