Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
GUADALAJARA.- “Bueno, teníamos algún… pues no, realmente no teníamos trabajo”, reconoció Sol Sedeño, la chef que se había quedado sin empleo desde que cerraron el restaurante La Tía Paz del Hotel Fénix, en el Centro de Guadalajara, por la contingencia del COVID-19.
De acuerdo a El Informador, además del restaurante, junto con el hotel suman unos 80 trabajadores con una nómina difícil de solventar debido a que también se quedaron sin huéspedes, por lo que desde el jueves emprendieron un proyecto de venta de tamales a través de Uber para pagar salarios.
“Nos preparamos el jueves para ver si caía algo, nuestra sorpresa fue que entre el jueves y viernes ya hemos recibido pedidos de casi 11 mil tamales. El hotel se convirtió en call center y en fábrica de tamales”, describió Felipe Ríos, quien está al frente del hotel.
Aunque parezca mucho, tras restar la materia prima aún no llegan a completar ni la primera quincena de los 80 trabajadores. “Es mucho más lo que se paga por eso”, dijo Ríos.
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La idea de vender tamales surgió por la necesidad de obtener ingresos tras el cierre del restaurante y operar el hotel al mínimo, con solo ocho personas.
Y como son 80 trabajadores los que actualmente dependen de ese negocio, idearon vender tamales porque es el alimento más práctico que se les ocurrió para comercializar: es mexicano, no necesita de mayores empaques, es fácil de transportar y distribuir y son nutritivos y apetecibles.
“Lo principal es mantener la fuente de trabajo, es el espíritu del hotel, el hotel sin gente son ladrillos y son muebles, entonces tenemos que seguir alimentando el espíritu del hotel que es su gente”.
Aunque solo empezaron dos personas a preparar los tamales, ahorita son ocho en dos turnos, incluso se quedan en el hotel a dormir.
“Estamos viviendo en el hotel con nuestras familias, nos auspiciaron para que el hotel no muera, para que la Tía Paz siga viva, que es el corazón de nuestro hotel”, dijo Sol.
Ella se hospeda junto con su hija y su perrita, pues ese hotel sí recibe a mascotas. La ama de llaves también vive en el hotel.
Ríos espera que esto no sea una moda pasajera y que la gente los apoye en los siguientes meses con pedidos para poder subsistir. La idea es que, si tiene éxito duradero, tras la contingencia el área del café se convierta en un negocio de tamales cuyas utilidades se destinarán a una beneficencia.
Los tamales se venden por docenas en Uber Eats, pero en un área limitada, por lo que arman rutas de entrega a todos los municipios del Área Metropolitana de Guadalajara con pedidos directos en el teléfono del hotel: 33 3614 5714.
Con información de El Informador.