Por Leslie Gordillo/NOTICARIBE PENINSULAR
TEMOZÓN, YUCATÁN.- Los proyectos federales siempre les han quedado mucho a deber a las comunidades mayas, a las comunidades de artesanos y grupos vulnerables en general, por lo que fue difícil firmar el trabajo conjunto con el proyecto del Tren Maya, tuvieron que dar una firma de fe, reconoció Leticia Valenzuela Santiago, presidente del Consejo de Administración del Consejo de Turismo Rural de Campeche.
Durante la firma del convenio marco de colaboración entre el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) y la Alianza Peninsular para el Turismo Comunitario (APTC – conformada por 24 cooperativas-), con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y ante la presencia de Rogelio Jiménez Pons, advirtió que van a estar vigilantes y atentos, participando.
“Todas las cosas que han pasado en relación a las inversiones de gobiernos federales, que tienen historia negra en la cultura, entonces nosotros decíamos y si firmamos y hasta allí llegó todo… tenemos muchas cosas que nos han perjudicado por haber dado nuestro aval, pero también estamos en un momento en el que tenemos que dar nuestra firma de fe. Vamos a creer y pensar que las promesas son ciertas y que el Tren Maya es inclusivo”, declaró.
La firma, dijo, es donde empieza todo, porque cuando se habla de una comunidad, se habla de muchos grupos que han vivido solos, pero que han llegado a donde están por su trabajo y a partir del convenio lo que sigue es mantener las mesas de trabajo y concretar los objetivos que se han propuesto.
“No están tratando con grupos que se encierran en sus comunidades, nosotros llegamos hasta aquí porque hemos aprendido y hemos participado… cuando hablaban del turismo decíamos que era para los ricos, no para el campesino, nos costó trabajo aprender todo eso, porque según el campesino y pescador no era el importante para desarrollar esa actividad y ahora ya vimos que lo que tenemos es lo que queda, todo lo grandioso que había ya se lo acabaron los grandes inversionistas, ahora queda lo que cuidó la comunidad y que bueno que se le está dando su valor”, puntualizó.
Reiteró que la firma de fe se otorgó porque tras un análisis, uno de sus compañeros planteó que tenían la opción de quedarse en casa viendo como el tren pasaba frente a ellos, también podían pelear contra el tren o se organizaban y trabajaban para ser beneficiados del mega proyecto peninsular.
“Teníamos que pensarlo y decidirlo, trabajarlo y llegar a acuerdos entre nosotros, porque es la única forma de ser beneficiados de alguna manera y no ser ignorados como hemos sido siempre… nosotros vamos a ser el ejemplo de lo que debe ser el turismo comunitario en la Península de Yucatán y en todo México y en todos lados”, afirmó.