CIUDAD DE MÉXICO. – Veinticinco años después de su muerte, Selena Quintanilla Pérez (conocida ampliamente como “Selena”), asesinada a los 23 años por la fundadora de su club de admiradores, que también se había convertido en su socia comercial, continúa generando titulares e influyendo en la cultura popular.
La artista acaba de unirse a Elvis en el Star Trail of Fame de Houston Rodeo —Netflix anunció recientemente una serie sobre su vida y el tráiler ya cuenta con más de 2,5 millones de visitas— y la compañía de cosméticos Mac ha anunciado una segunda colección (la primera se agotó en minutos) inspirada en los colores favoritos de la cantante. Jennifer López, cuya interpretación de Selena en la película de 1997, la llevó al estrellato, recientemente publicó un video con el tema de Selena en Instagram, instando a los seguidores a compartir sus propios recuerdos de la cantante, y diciendo: “Selena fue una gran inspiración para mí y tuve la suerte de ser elegida para interpretarla. Como artista, esta película realmente fue una experiencia que recordaré por el resto de mi vida”. Es una de sus publicaciones más vistas, que ha superado el video del primer aniversario de su compromiso con la leyenda del béisbol Alex Rodríguez.
De todo esto queda claro que el impacto de la cantante mexicanoestadounidense en la cultura estadounidense es más fuerte que nunca. Su espíritu sigue vivo porque fue una pionera; su vida sigue siendo un símbolo de esperanza y perseverancia.
Su vida frustrada le dio a otros latinos el impulso de tomar la iniciativa y mostrarle al mundo lo que pueden hacer. Esto es evidente en el nuevo libro de Shea Serrano sobre ella, con J.Lo como Selena en la portada, que figura en la lista de los más vendidos de The New York Times (Serrano y su ilustrador son los primeros mexicoestadounidenses en lograr esto tres veces). Selena Gómez lleva su nombre y ha reconocido a Quintanilla Pérez por influir en su carrera. Cardi B. llamó Selena a su alter ego porque es “alguien que todos desearían ser”. No es una exageración decir que Selena inspiró las carreras de muchos latinos y no latinos por igual.
En 1994, Selena se convirtió en la primera mujer en la música tejana en ganar un Grammy. El género Tex-Mex combina ritmos de mariachi y cumbia con polcas y valses europeos. Se convirtió en una figura célebre en la escena musical en español y se ganó el apodo de “Reina del texmex”. Sin embargo, los años previos al éxito de Selena estuvieron salpicados de rechazo en gran parte porque era una mujer que intentaba operar en un espacio dominado por hombres. Ella también era mexicana, nacida en Texas.
Como resultado, a Selena se le percibía no lo suficientemente mexicana por aquellos con quienes compartía raíces culturales, particularmente porque no había comenzado a hablar español hasta su adolescencia. La otra cara, por supuesto, era que muchas personas no veían sus rasgos oscuros y su cuerpo curvilíneo como lo suficientemente estadounidense. Ella era parte de dos mundos y ninguno de ellos la recibió por completo. Pero en lugar de tratar de encajar en uno u otro, se forjó su propio espacio. Se suponía que nunca debía hacerlo. Para ella el éxito significaba que otros como ella también pudieran conseguirlo.
Selena irrumpió en un espacio que rechazó a los forasteros, no solo como mujer sino como mexicano estadounidense. En el primer episodio de “Gentefied”, que nació como una serie web y ahora es un show de Netflix producido por la actriz América Ferrera, esto está representado en el personaje de Carlos Santos. Puede tener un nombre latino, rasgos oscuros y trabajar en la cocina, pero los otros chefs que nacen al sur de la frontera no lo ven como uno de ellos.
En lugar de dejarse llevar por los desafíos que una situación como esta trae, Selena se concentró en sus objetivos y creó un camino que era exclusivamente suyo. En el proceso, ella proporcionó una hoja de ruta para que otros latinos navegaran entre los dos mundos en que vivían, particularmente en lo que respecta al idioma y la identidad.
Selena luchó para hablar español. Grabó su primer álbum en español siguiendo solo la fonética. Su franqueza para ser ella misma se ganó a las masas. Este es un momento memorable reflejado en el film de 1997 con Jennifer López, la misma López, de ascendencia puertorriqueña, que fue criticada por no hablar español suficientemente bien. Y aunque hablaba español en casa, López explicó que su falta de fluidez se debía a la idea de sus padres (común entre muchos hogares latinos) de que el inglés les brindaría más oportunidades a sus hijos.
Justo el año pasado, un tuit de Alexandria Ocasio-Cortez se volvió viral después de que ella admitió que luchaba por mantener su fluidez en español, a pesar de ser su lengua materna. Esta es una lucha compartida por muchos latinos. Tienen que defender y justificar su dominio de dos idiomas para demostrar que son suficientes. La franqueza de Selena dio un ejemplo y abrió el camino para que otros latinos admitieran sus propias luchas mientras navegaban las complejidades de pertenecer a más de una cultura.
El éxito que vino con esta mentalidad se convirtió en una luz de esperanza. Por primera vez, muchos latinos estaban viendo triunfar a alguien que se parecía a ellos (rasgos oscuros con caderas y labios gruesos). Pero no fue solo su apariencia lo que le permitió convertirse en una heroína para la comunidad.
Su muerte pica porque fue un recordatorio de lo que pudo haber sido. Su muerte no dolió solo por la trágica pérdida de su familia o por la pérdida de una carrera prometedora. El dolor también viene de lo que significaba esa carrera: que su hogar ancestral le estaba abriendo los brazos. Este es un sueño por el que luchan muchos latinos, pero no todos logran alcanzarlo. Lo que “se suponía que era” no la detuvo. Trabajó a través del rechazo y las etiquetas para conseguir lo que creía realmente importante.
La perseverancia de Selena es la razón por la que no ha sido olvidada. Le mostró a la gente cómo puede ser la vida cuando siguen luchando, cuando tienen esperanza. La cantante tejana pateó la puerta para toda una generación de talentos latinos. Algunas cosas cambiaron, otras no (el desaire a J.Lo en los Oscar por “Hustlers” me viene a la mente) pero su legado perdurable mostró a la gente que valía la pena intentarlo. Y eso vale la pena recordarlo.
Con información de CNN Español