Francisco Javier Robles/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- Tres jóvenes turistas israelíes quedaron en total estado de indefensión y vulnerabilidad en Cancún, ante la omisión permanente del Instituto de Movilidad de Quintana Roo, para frenar los constantes ataques de operadores del Sindicato de Taxistas “Andrés Quintana Roo” contra operadores de Uber.
Alrededor de las 3 de la tarde, los taxistas iniciaron una persecución a dos camionetas de lujo en la zona hotelera, logrando acorralarlos en la esquina de las avenidas Yaxchilán y Uxmal, a la altura de las oficinas de la Secretaría del Bienestar.
Ahí, arremetieron a golpes contra las unidades de Uber, de donde bajaron corriendo las tres viajeras extranjeras, resultando golpeada una de ellas; a toda prisa se resguardaron durante más de una hora en una farmacia.
El tremendo conflicto desató una intensa movilización policiaca y el asombro de propios y extraños, pues después de darles persecución por el bulevar Kukulkán, tratar de cerrarles el paso a la altura de la central camionera ADO, finalmente fueron bloqueados por varios operadores de taxi que arremetieron a golpes con varas metálicas contra las carrocerías de las dos unidades color negro.
No hubo golpes entre los choferes de ambos bandos, pero sí fuerte discusión y bloqueo vehicular en la importante intersección que tardó más de una hora, en lo que la policía trataba de indagar quienes habían sido los involucrados para detenerlos.
Por su parte, las tres jovencitas visitantes corrieron a refugiarse a una farmacia cercana; temblorosas y atemorizadas observaban desde el interior el terrible espectáculo que daban los enardecidos taxistas que insistían en cerrar la arteria vial, solapados por la Policía Preventiva que solamente pretendía llevarse detenidos a los operadores de Uber.
Al lugar llegaron seis unidades de la Policía Quintana Roo, para finalmente a bordo de la unidad 5805 del Sector 02 se llevaron detenidos a dos choferes de Uber y a dos taxistas que no estaban involucrados, dejando ir a los verdaderos agresores.
Mientras que los turistas una vez que se calmaron los ánimos en el lugar, abandonaron el comercio en el que estaban resguardadas y fueron trasladadas por un voluntario particular que les ofreció llevarlas a su hospedaje Airbnb.