Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
EE. UU.- A pesar de ser positivo de coronavirus, de haber presentado síntomas serios, de estar recibiendo un agresivo tratamiento y del riesgo de contagio para otras personas de su entorno, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió este lunes pedir el alta y salir del hospital militar de Walter Reed, donde llevaba ingresado apenas tres días. Minutos después de que el propio presidente anunciara su salida, el médico que le trata, el doctor Sean P. Conley, admitió: «es posible que todavía no esté completamente fuera de peligro».
El anuncio fue, como no podía ser de otro modo, por medio de la red social Twitter, donde el presidente anunció al filo de las tres de la tarde, hora local: «Recibiré el alta del gran centro médico Walter Reed hoy a las 6:30 p.m. ¡Me siento realmente bien! No le tengan miedo al COVID. No dejen que domine su vida. Hemos desarrollado, bajo la Administración Trump, algunos medicamentos y conocimientos realmente excelentes. ¡Estoy mejor que hace 20 años!».
Al presidente le trata un equipo de más de una docena de médicos, tanto durante su estancia en el hospital, como en la Casa Blanca, que tiene su propia unidad médica y equipamiento de emergencia.
Antes de su salida, la campaña republicana ha anunciado que el presidente tiene intención de participar en el segundo debate electoral, que tendrá lugar en Miami el 15 de octubre, según ha dicho el portavoz Tim Murtaugh en la cadena CNN. El primer diagnóstico positivo ocurrió el jueves 1 de octubre por la noche.
Está claro que el presidente se resistía a permanecer ingresado, aun después de haber presentado síntomas serios de coronavirus, incluida fiebre y fatiga, además de una preocupante bajada de oxígeno en sangre. Durante los tres días que Trump ha pasado en el hospital, los doctores han dado partes diarios en que han dicho que su estado era bueno y mejoraba, pero el propio jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, admitió en un aparte con la prensa el sábado que el estado del presidente había sido «preocupante» y que las siguientes 48 horas serían «críticas».
Según han revelado los médicos, Trump ha recibido un agresivo tratamiento, con un cóctel de anticuerpos el viernes, esteroides después y varias dosis del antiviral remdesivir recientemente. De este último medicamento, diseñado específicamente para tratar el coronavirus, el presidente recibió en el hospital cuatro dosis. Una quinta se le administrará ya en la Casa Blanca, donde mantendrá el aislamiento con la primera dama, que también ha dado positivo, hasta que supere el virus.
Los médicos que tratan a Trump dijeron hoy que han dado luz verde al alta tras que la solicitara el presidente. «Durante las últimas 24 horas, el presidente ha seguido mejorando han pasado más de 72 horas desde su última fiebre», dijo en el centro hospitalario el médico de cabecera de Trump, Sean Conley. «Aunque es posible que todavía no esté completamente fuera de peligro, el equipo y yo estamos de acuerdo en que todas nuestras evaluaciones y, lo que es más importante, su estado clínico confirma que es seguro el regreso seguro del presidente a casa, donde estará rodeado de atención médica de primera clase las 24 horas, los siete días de la semana», añadió.
La Casa Blanca ha dicho que el presidente no ha dejado de trabajar incluso desde su ingreso hospitalario. El perfil de Twitter de Trump ha seguido publicando decenas de mensajes a diario, tras un insólito silencio de más de 12 horas el viernes, día de su ingreso. El domingo el presidente salió brevemente del hospital para saludar desde su limusina blindada a las decenas de personas que se agolpaban frente al hospital militar de Walter Reed para manifestar su apoyo. A bordo del coche, el personal del servicio secreto que le acompañaba lucía mascarillas, batas y láminas de plástico para proteger la faz.
Trump recibe el alta y regresa a la Casa Blanca justo después de que al menos otras 12 personas hayan dado positivo tras entrar en contacto con él. El foco del contagio parece ser un acto en la Casa Blanca el sábado 26 de septiembre para presentar la candidatura de la juez Amy Coney Barrett al Tribunal Supremo.
Con el candidato convaleciente por coronavirus, y la recuperación por delante, la campaña electoral de Trump se ha apresurado a trabajar en planes de contingencia ante la caída del presidente en las encuestas de popularidad. Las elecciones están a 28 días. Ya hay gente votando por correo, y mucha más de lo habitual, dadas las medidas de prevención de contagio en la pandemia. Los dos debates de primeras espadas que quedan están en el aire. Los mítines de Trump, suspendidos. La campaña, en terreno inexplorado.
El positivo de Trump en coronavirus ha tenido un mal efecto para él en los nuevos sondeos de opinión publicados en horas recientes. El domingo, una encuesta de Ipsos para Reuters ubicaba al demócrata Joe Biden 10 puntos por encima en intención de voto directa, con un 51% frente al 41% del presidente. En la media de encuestas que efectúa Real Clear Politics, Trump ha caído un punto desde que ingresó en el hospital militar de Walter Reed, y se queda en un alarmante 42%. En EE.UU. ha habido 7,4 millones de positivos de coronavirus desde que comenzó la pandemia, con 209.000 muertos
Con información de ABC