Gilberto Avilez Tax
En la marcha del domingo 27 de noviembre pasado, cartelones, flyers publicitarios y demás, hablaban de que los “indios macuspanos acarreados patarrajadas” eran los que marchaban para defender al régimen lopezobradorista que, gracias a ellos, a esos “indios patarrajadas”, ese régimen populista pudo darse, sacando del poder a los “neoliberales vende patrias” e instaurando una cuarta transformación que, dicho sea de paso, no ha sido más que la continuación neoliberal con militarismo creciente y fracturas incesantes al Estado de derecho. Ese es el discurso político maniqueo, aunque falaz y para nada asido a la verdad histórica, de que el triunfo lopezobradorista se debió solamente al “México profundo”, al México de los “indios macuspanos acarreados patarrajadas”.
Contrario a esta ristra de falsedades, el triunfo de AMLO en el 2018 no se debió, como dicen ciertos cacasenos oficiales, a los “indios patarrajadas”; esta frase entrecomillada, racista por donde se lea, es la que han estado utilizando desde antes del domingo pasado, los talmudistas de este régimen, hombres blancos y barbados en su mayoría, que, sin empacho, siguen los dislates indigenistas y racistas de su líder: indios patarrajadas, así ven a las clases populares este gobierno donde el clientelismo verde se ha solidificado en un paternalismo a veces folklorista y ritualero.
Datos de Parametría[1] de 2018 señalan que, al contrario de lo que piensa el Presidente y sus corifeos y paniaguados, fue cierto estrato ilustrado, clase mediero, el que llevó al macuspanense al poder. Ese mismo estrato que ha sido tan vilipendiado en estos cuatro años por el régimen lopezobradorista, adjetivándolos como neo fifís, “aspiracionistas”, aprendices de conservadores, etc. En ese sentido, y siguiendo los datos de Parametría, podemos decir que AMLO traicionó, una traición más en su larga lista de traiciones, a ese segmento del país, el más activo y pensante y con una ciudadanía no enraizada en cooptaciones, al gobernar hasta ahora dándoles la espalda, y confeccionar políticas clientelares en busca del voto para su partido y su proyecto populista.
Es un gravísimo error del macuspanense, pensar que su partido podrá triunfar en el 2024, valiéndose solamente de lo que el PRI hacía en sus últimos años oscuros en el poder: enroscarse en el voto verde y cuasi analfabeto, comprar conciencias y cooptar libertades con dineros a raudales del erario.
Lo bueno que, lo poco que queda de este gobierno, se nutre del innegable carisma del populista macuspano, pero en el 2024 su nombre no estará en la boleta de elecciones, y ahí será el regreso de la clase media para solucionar el desbarrancadero actual. Por eso le urge al macuspano liquidar al INE y con ello a la democracia mexicana.
[1] Véase: https://www.parametria.com.mx/estudios/perfil-de-votantes-de-amlo-hombres-universitarios-y-con-alto-ingreso/?fbclid=IwAR06rpx-9YUpHFFfzq4wHxCdK_nRug4D5YbGsEhrIP8bzXfIsC49WOT0b9U