Por Manuel Enríquez
✓Desesperación, burla, indignación e impotencia, forma de denuncia.
✓¿Las Olimpiadas de París cómplices del genocidio?
Hay un niño que siempre aparece dando la espalda a la humanidad y, por esa actitud, la cultura occidental ha tratado no sólo de censurarlo sino de desaparecerlo.
En uno de esos intentos represivos, su padre fue asesinado. Pero a éste niño ya nadie lo detiene, ni lo detendrán, ni siquiera el tiempo podrá hacerlo.
Tal es el impacto que ha generado este niño dándole la espalda a la humanidad que se ha vuelto un grito atemporal en la conciencia de todo aquel que lo vea y que lo entienda.
Gracias al internet, la espalda que le da ese niño a la humanidad, poco a poco trasciende los muros geográficos, las reglas políticas, los fanatismos religiosas, los bombardeos militares, la violencia, la represión amenazante y, en general, la cultural impuesta por occidente.
Tiene 10 años de edad y nadie le ha visto el rostro, no conocemos sus rasgos, no sabemos si este niño está triste, si está enojado, si está furioso, si llora, si está asustado o aterrado o, simplemente, si es indiferente: no tenemos idea de cómo es ni de cómo está su cara, como tampoco conocemos -al dejarnos llevar por la indiferencia y la normalización- el rostro de las decenas, quizá cientos de miles de niñas, niños, mujeres, madres, padres, abuelos y abuelas que han muerto y mueren cada día víctimas de las guerras o del hambre.
Justamente por lo anterior es su actitud: si a la humanidad no le interesan esos rostros, si es indiferente al sufrimiento de otros, si le es normal el asesinato, el genocidio, el hambre que padecen millones de personas y no dimensiona la gravedad de que se desintegren o exterminen familias y pueblos enteros, si renuncia a razonar sobre el camino de la destrucción y autodestrucción global a la que parece que vamos son remedio y, lo peor, si nos domina la actitud pasiva, entonces también éste niño hace lo mismo pero hacia nosotros: nos da completamente la espalda a todos, sin distinción alguna.
De él, sólo sabemos que no es delgado, que es niño, que es palestino, que quiere volver a su tierra y que se llama Handala. Ah…y que le da la espalda a la humanidad. Eso es lo único que sabemos de éste joven de 10 años.
Su espalda y su silencio, nos dicen todo: hablan de la crueldad, de la irracionalidad e indiferencia de la que es capaz la especie humana.
Es su espalda lo que vemos de Handala igual que la nuestra que ven las víctimas civiles que sobreviven a la guerra, que padecen el hambre, que se quedan sin casa y que padecen injusticias.
Aquí está Handala:
Este es el niño. Está en las paredes de las calles de diversos países árabes, en carteles, en playeras, en calcomanías, en internet.
Handala es un grito ahogado de protesta contra el silencio e indiferencia cómplice de la humanidad, de los gobiernos de las naciones y de los organismos internacionales que no hacen nada a pesar de que tienen enorme responsabilidad en lo que ocurre.
Nació de 10 años porque a esa edad Nají al-Alí, lo creó como denuncia por la persecución que padecían los palestinos, razón por la cual tuvo que huir de su tierra, Belén (la misma dónde nació Jesucristo), a la que desde entonces no ha vuelto ni volverá porque fue asesinado en Londres por sus caricaturas de denuncia contra la invasión israelí a Palestina.
Su legado ideológico de paz lo carga en sus espaldas Handala.
¿Qué representa Handala?
Representa la indignación ante el bombardeo, la invasión territorial, y el propósito de borrar de la faz de la tierra la identidad nacional palestina.
Simboliza la protesta por la indiferencia del mundo frente al genocidio.
Y la verdad es que hemos caído en eso. Se ha vuelto en emblema de la indignación ante la masacre militar israelí, la destrucción e invasión de territorios.
¿Somos cómplices con nuestra pasividad e indiferencia? ¿O eso constituye una manera de resignarnos a no hacer nada, a la impotencia?
OTRO GRITO
Eduard Munch en su famoso cuadro “El Grito”, de finales del siglo XIX, revela la angustia, la ansiedad y la desesperación del alma humana ante la tragedia. Fue Munch uno de los principales impulsores del expresionismo, del arte moderno en el mundo.
Revolucionó el arte en el mundo al dejar más que claro la angustia cotidiana en la que la especie humana juega el rol de causa y efecto de la misma.
Por su parte, mencionamos a la niña “Mafalda”, creada por el caricaturista “Quino”, como la otra obra artística atemporal, es decir, que trasciende el tiempo, y que también denuncia el absurdo humano.
Sólo que la mejor arma de Mafalda es la crítica social y política con humor y profundidad. Mafalda comenzó a dar su batalla discursiva sobre los absurdos de la humanidad en 1964, desde Argentina. Y lo hízo -más bien lo hace aún- de cara al mundo. Ella si da la cara, lo hace de frente y no guarda silencio. No grits como Munch pero si se burla de la humanidad.
Su discurso ha sido traducido a 26 idiomas y continúa burlándose de cómo nos aferramos a lo irracional del sistema cultural, político, religioso, financiero y tecnológico predominante y que nos está llevando a la autodestrucción con la añadida amenaza de la perjudicial alteración climática que le estamos provocando a nuestro planeta.
El silencio de Handala es atronador y se revuelca en la conciencia de todos. El Grito de Munch revela lo que parece ser trágico destino inherente a la especie humana. Y la burla inteligente de Mafalda, con fino humor, va directa a la conciencia de todos y todas.
Silencio y espalda, espalda y silencio. Grito y horror, horror y grito. Humor y burla. Nos advierten estás tres obras atemporales de lo que somos realmente y que minuto a minuto lo refrendamos con nuestra conducta.
Handala no soporta más la indiferencia, pero no puede hacer nada, a excepción de hacer lo mismo que todos hacemos en todo momento: dar la espalda a los que sufren la crueldad.
1ª Nota al pie:
Durante las olimpiadas Israel ha bombardeado diversas escuelas en tierra Palestina y ha dejado cientos de niños y niñas muertas, además de los cientos de heridos.
Nota de la BBC de Londres:
- 3 agosto 2014
Actualizado 4 agosto 2014
Este domingo una tercera escuela de Naciones Unidas en Gaza fue alcanzada por un ataque Israelí….
“Según cifras de la ONU, desde el inicio de la operación israelí…, el 8 de julio, hasta el 3 de agosto, habían muerto 1.717 palestinos.
De ellos, 1.176 eran civiles, entre los que se cuentan 377 niños y 196 mujeres.
Del lado israelí han muerto 64 soldados, dos civiles israelíes y un extranjero nacionalizado.
Misil a la entrada del colegio
El ataque sobre la escuela de la ONU ocurrió en la entrada del colegio, que alberga a miles de desplazados por el conflicto. Israel negó que la escuela fuera su objetivo.
Testigos aseguran que el misil impactó sobre personas que hacían fila para obtener comida.
Todos los día el ejército Israelí asesina inocentes, ya sea a metralla, a golpes o mediante bombardeos.
De hecho, un día después de inauguradas las olimpiadas de París, Israel bombardeó”
2ª nota al Pie:
El Comité Organizador de las Olimpiadas no permitió que la representación deportiva de Rusia acudiera al evento olímpico de París, argumentando la invasión de Ucrania. Pero a la delegación de Israel si le permitieron asistir.
Así las cosas.