Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CIUDAD DE MÉXICO. – El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) pagó 36 mil 563 millones de pesos por 42 trenes que operarán en el Tren Maya. La compra la hizo a un consorcio integrado por la francesa Alstom, la canadiense Bombardier, la española Construcciones Urales –filial de Azvi– y la mexicana Gami.
Las dos últimas ya eran contratistas del megaproyecto, pues obtuvieron el contrato para construir el tramo 3, por 10 mil 193 millones de pesos.
Gami –propiedad de Grupo Indi, de Manuel Muñozcano Castro– ha sido una de las empresas más beneficiadas en contratos de obra pública en lo que va del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, pues aparte del tramo 3 del Tren Maya, recibió un contrato de 4 mil 147 millones de pesos para el puerto de Salina Cruz, y uno más de cerca de 3 mil millones de pesos para la construcción del Cablebús de la Ciudad de México.
La misma empresa participó en la construcción del segundo piso del periférico capitalino, obra emblemática en la administración del tabasqueño cuando fue jefe de gobierno.
El Fonatur dio a conocer hoy el fallo de la licitación pública internacional relativa al contrato de “Adquisición de Material Rodante y Sistemas Ferroviarios Para el Tren Maya”, en la que sólo participaron dos consorcios: el ganador y otro integrado por las españolas Rubau y CAF.
El servicio ampara la compra de los 42 trenes que recorrerán los mil 500 kilómetros de vías previstos en el proyecto, así como la instalación de puestos de control, talleres de mantenimiento y la conservación de los vehículos.
De acuerdo con el acta del fallo, si bien la propuesta técnica de CAF y Rubau tuvo un mayor puntaje –a pesar de que la primera fue la que proveyó los trenes de la polémica Línea 12 del Metro capitalino–, la oferta económica del consorcio encabezado por Alstom presentó un precio inferior en 890 millones de pesos, lo que llevó Fonatur a adjudicarle el contrato.
El Tren Maya, uno de los principales megaproyectos de este sexenio, ha pasado por varios cambios de fondo desde el arranque del sexenio –terminará siendo administrado y construido en parte por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)–, y ha sufrido ya considerables retrasos, que hacen poco verosímil la puesta en marcha del proyecto en 2023, como se planteó en un principio.
Con información de Proceso