Si bien se trató de una sentencia por la resolución de una controversia, el Tribunal de Justicia Administrativa (TJA), creado en el sexenio de Carlos Joaquín, pende de un hilo.
Trascendió que el TJA había quedado sin valor legal tras un litigio presentado por un particular.
Sin embargo, este asunto se limitó a que TJA no podía resolver este litigio en particular y que tendría que hacerse cargo otra instancia jurisdiccional.
Pero el TJA quedó pendiendo de un hilo.
El detalle es que la creación de este es Tribunal fue por parte de la Diputación Permanente y no por el Pleno del Congreso del estado, como marca la Ley. Entonces carece de validez.
Si otro particular, decide impugnar todo el proceso de aprobación del órgano autónomo, entonces adiós TJA, y hasta podrían quedar sin efecto todas sus sentencias desde su creación en 2018.
Palabras más, palabras menos, el TJA es “cachirul”.