Por Gilberto Avilez Tax
En una entrevista radiofónica con Azucena Uresti, Porfirio Muñoz Ledo, el político mexicano con más corredura y experiencia en este país, fustigó a la última encuesta realizada por el INE, que en pocas horas lo ponían en “empate técnico” aunque con décimas de ventaja, con su contrincante por la presidencia nacional de Morena, Mario Delgado.
Resulta que horas antes de saberse los resultados por la presidencia nacional, todas les daban amplísima ventaja a Muñoz Ledo, y la primera encuesta, donde se impuso a Delgado y a sus otros competidores por amplio margen, posicionaba a Muñoz Ledo como el seguro presidente de ese instituto político. Por eso, al saberse los resultados del “empate técnico”, Muñoz Ledo mostró su rechazo de forma palmaria, lo cotejó de “robo” y “asalto” “porque se ha roto la legalidad por la que hemos luchado los últimos 35 años”; mientras que Delgado, por supuesto, aceptaba los resultados y aseguraba que la tercera era la vencida. Muñoz Ledo, en la misma entrevista, se preguntaba: “Antier estaba dos a uno y hoy estoy empatado, que me lo expliquen, ¿hubo un cambio de sangre o de mente de la población mexicana? Denuncia la inmoralidad de que sea empate”. El político mexicano, de 87 años, no se quedó en las medias tintas de la diplomacia, y pidió ipso facto la renuncia de Mario Delgado:
“Que Mario renuncie y si no, me voy a la Corte. Esta es una cancelación de los derechos políticos. Yo ya gané, estoy arriba y lo que pase en las siguientes 48 horas refrendará sus actos inconstitucionales y bandoleros”.
La pugna por la presidencia nacional se presenta de cara al 2021, en el que se harán las votaciones más concurridas en la historia de la democracia reciente del país, y en el que, para el caso de Quintana Roo, es la antesala directa hacia la gubernatura que estará en juego en el 2022. Mario Delgado, quien se ha movido con maestría en los enroques, los “acuerdos” y las “reglas” del otro “juego” no democrático (el cupular), ha metido sus narices incluso en los nuevos consejeros del INE, y como coordinador de la bancada morenista, se ha hecho de los servicios de inteligencia de la pica en Flandes de una remasterización del chuchismo en Morena, el inefable y ubicuo senador Ricardo Monreal, un político de armas tomar que habla con todos, se reúne con empresarios, “con comunicadores de distintas ópticas y de distintas vertientes”, y que sabe a la perfección que se deben “ocupar todos los espacios”, pues en política “los espacios vacíos se llenan”. Hoy, el espacio más vacío, pero de donde irradia un enorme poder y en donde se constituirían poderes regionales, es el partido Morena, y Monreal lo sabe: tiene que llenar ese espacio y Delgado ha hablado con él para hacerlo. Por todos los medios posibles, Delgado ha ido construyendo el camino hacia ese objetivo: llenar el vacío de poder en Morena nacional, aun si en el proceso saque a orear del clóset las viejas mañas y las atrabiliarias formas de deturpar la legitimidad de su posible presidencia. Un texto de Idalia Miguel, escrito en sus redes, ejemplifica esta cuestión que hemos comentado. Para Miguel, es por demás sospechoso que el mismo Instituto que otorgó la presidencia de la República a Felipe Calderón alegando un margen muy estrecho de ventaja, sea ahora el que diga que “no hay manera de decidir quién es el ganador” para la presidencia nacional de Morena, y recomienda un tercer sondeo:
“Esto es por demás sospechoso- acotaba Idalia Miguel. De acuerdo con este guion, Mario Delgado habría tenido un sorprendente crecimiento de 14 puntos en los últimos diez días para lograr el empate con su rival. Y las dudas aumentan si reconocemos que los consejeros que ahora nos presentan estos resultados, son los mismo elegidos por Mario Delgado para integrarse al INE en meses pasados. Todo indica que estamos ante un intento de darle más tiempo a Mario Delgado para que se proclame vencedor. No debemos caer en este juego. Es evidente que Porfirio Muñoz Ledo es el candidato más conocido y que le han ido fabricando un rival de su estatura que hasta este momento no puede sino ganar tiempo para invertir más dinero en su promoción”.
Tiempo y mucha inversión para una candidatura que intenta llenar el vacío de poder en ese partido que necesita la autocrítica, sentar las bases de izquierda en su proceder y en la elección de sus candidatos en todos los niveles; pero esto, con un posible presidente de ese partido, cercano a un senador con ansias tremendas de poder, hay muchos elementos para dudar de que así sea. Hace casi un mes, una editorial del escritor Miguel Ángel Velázquez, en su acostumbrada columna, “Ciudad perdida”, de La Jornada, refería de ese comienzo del “chuchismo moreno” que se dejaba ver en la guerra intestina que pasa actualmente Morena con sus distintas tribus que buscan la hegemonía de ese partido, y que tiene ecos a nivel regional (véase el puzle que es actualmente Morena Quintana Roo). Velázquez tocaba la relación que había aceptado Mario Delgado con el “supremo Senador” Monreal. Este pacto cupular, este apoyo de Ricardo Monreal a la candidatura de Delgado es más que evidente, toda vez que su suplente en el Senado, Alejandro Rojas Díaz Durán, que también hizo campaña para la presidencia de Morena, al final, en los últimos días apoyó y se terminó por alinear a Delgado. Y la pareja de fórmula de Delgado para la presidencia de Morena, Donají Olivera, es cercanísima al Senador y ex gobernador zacatecano.
Este negro panorama que se deja ver en los cercanos y lejanos horizontes de Morena, hacen dibujar un “chuchismo moreno” que pudiera ser fatal, mucho peor de lo que significó el Yeidkolismo mercantilista, y que para Quintana Roo se tradujo en la venta de plazas de diputaciones federales a políticos de escuela priísta o miembros de la oligarquía con harto dinero para hacer campaña permanente pero que, en el 2018, sus llegadas al Senado de la República o a una curul en San Lázaro, se debe entender como los remanentes que dejó el maremoto lópez-obradorista. Esta guerra de tribus y de caciques, ¿ha dado como consecuencia la activación de una bomba de tiempo en el partido de Morena, que supone su abismo hacia el conservadurismo y la atenuación de la radicalidad de izquierda? Al parecer, en esos andurriales se va: “En la lucha por la presidencia de Morena se empieza a sacrificar posiciones y a olvidar posturas, en un esquema que cada vez se acerca más a la línea de autodestrucción que en su momento construyó el chuchismo perredista, y que hoy tiene en Ricardo Monreal el arma letal para ejecutar su suicidio”.[1]
El Senador ha comenzado a mover a sus peones para esta guerra que tiene, como contrincante, a un político de igual o más calado que el zacatecano, pero que se encuentra en la parte final de su larga trayectoria política, y que, aun así, lo ha dicho, dará pelea por la legalidad y el respeto a la democracia. Esos peones (en el entendido de que utilizo esta palabra como más que una metáfora ajedrecística) recientemente han firmado una carta de apoyo y de unidad a Delgado, respondiendo a la admonición sugerencia de Muñoz Ledo, para que renuncie su contrincante. Estos peones del Senador, diputados y senadores –en el que se encuentran, la senadora por Quintana Roo, Maribel Villegas, y el diputado federal Luis Alegre Salazar-, que no son todos ni mucho menos una parte considerable de los legisladores de Morena en las dos bancadas, cerraron filas a favor de Delgado, al quien consideraron casi un beato de la democracia, pero eso sí, con un tufo priísta que nos recuerda los años más oscuros del autoritarismo presidencialista, “fiel seguidor del ejemplo de nuestro máximo líder”, el presidente de la república.
Y en Quintana Roo
Ese es el sarao que se está llevando a cabo en las altas esferas cupulares de Morena a nivel nacional, y que los simples mortales ciudadanos apenas logramos ver un poquito de las pasiones del poder (y sus anexas) que están en juego en estos momentos. ¿Cómo se traduce esto para Quintana Roo? En una sola frase: el destino de la política en Quintana Roo regresa a tiempos del Territorio: todo se decide en el centro, pero de Morena. Si las encuestas y las prospectivas actuales indican que tanto 2021 y 2022 será para un solo partido en Quintana Roo, Morena, el destino de los suspirantes por la grande en el patio, está cifrado en lo que se decida a nivel nacional.
Recordemos que muchos de los errores de Morena Quintana Roo se deben a la era Polevnsky. Errores como poner a diputados chapulines que al tercer día traicionaron y regresaron al redil del conservadurismo de donde provenían, o que fueron más papistas que el Papa en el congreso local; o el hecho de poner a diputados locales y federales que no pichan ni dejan batear; o darle poder y cederle espacios ganados por Morena a los neoliberales verdes, hasta el punto de que algunas nuevas adquisiciones impresentables de ese partido execrable, piensan abanderar una alianza mercenaria verde-guinda en presidencias municipales o cargos de elección federal; o bien, darle hasta posiciones federales a vástagos de mafilias del Hondo y de la radio; están en juego de que continúen o no; muchos de los errores de Morena en el estado se debieron a lo que la Yeidkol Polevnsky realizó, en su polémica presidencia al frente de ese instituto: la venta de plazas, las componendas con impresentables de la política en el estado, etcétera.
En enero de este año, un político de “Ancien Régime” quintanarroense, crecido en el priísmo tropical, y que igual mucho tiene que ver con esos errores que hemos comentado brevemente en este texto, arremetió contra los dirigentes actuales salientes de Morena Nacional, y que son cercanos a la que ya es desde hace unos días la indiscutible secretaria general, Citlalli Hernández. Este político chetumaleño, llamó a Ramírez Cuéllar y a los lujanistas, como burdos “traidores”, y defendió con falacias a la Polevnsky: “Felicito a nuestra presidenta que está evitando que MORENA caiga en manos de los traidores que rellenaron el padrón con gente nefasta para que luego puedan ganar asambleas y adueñarse del partido” (La Opinión de Quintana Roo. 29 de enero de 2020). Pero ayer, Polevnsky no resultó favorecida con los votos vía encuesta telefónica de las bases de ese partido, y su largo poder en ese instituto, se caracterizó por ventas de candidaturas a personajes que ya hasta se ven como candidatos naturales por la gubernatura sin tener los mínimos de los mínimos en la labor política desde la izquierda; una presidencia caracterizada igual por cochupos, golpes y exclusión a disidentes, malos tratos y rechazo a las bases y a los fundadores de Morena en el estado, cediendo terreno a advenedizos de otros partidos, prevaricaciones viles, cercanía con el conservadurismo en los estados, llegó a su fin.
Sería bueno que este cambio de dirigencia–sea quien sea, Delgado o Muñoz Ledo- haga reflexionar a la verdadera izquierda quintanarroense, que hay mucho camino por construir, pero este se debe ceñir a las bases, a ras de campo, y no continuar sirviendo para los intereses personales de esos políticos que llamaron traidores a los que se opusieron a los desmanes de Polevnsky. Hoy, mientras tanto, podemos asentir, con Erick Sanchez Cordova, fundador de Morena en el estado: “9 de octubre de 2020, día de la ca´da de Yeidckol Polevnsky, la peor dirigente de la corta historia de morena”.
[1] Miguel Ángel Velázquez. “Los sueños morenos del senador”. Ciudad Perdida. La Jornada. 15 de septiembre de 2020.