Por Gilberto Avilez Tax
Siguiendo en el análisis de la coyuntura política actual en Yucatán, donde por una parte está el reto para los panistas de retener el estado de las ansias inmoderadas de los heraldos lopezobradoristas por querer tapizar toda la península y sureste con los colores de su partido oficial, y por la otra de los morenistas yucatecos (esa mezcla extraña de advenedizos del panismo y priísmo que se colaron no solo a la sala, sino hasta en el meadero de Morena Yucatán y excluyeron a los fundadores morenistas por obviamente no ser “políticos profesionales” estos últimos) que intentarán hacer caer la última ficha de la oposición “conservadora” en los tres estados de la Península, hace unas semanas sostuve una plática con el analista político, el Dr. Freddy Espadas Sosa, columnista del Diario de Yucatán y autor de un sinfín de trabajos sobre la historia de la educación, así como uno de los intelectuales de izquierda desde sus años de joven comunista.
Vía telefónica, la pregunta que le formulé al Dr. Espadas Sosa, era conocer su opinión si veía como un acto contra natura el pacto actual entre el panismo y el priísmo yucateco hacia la gubernatura en el 2024? Espadas Sosa, aseguró que para nada es un acto contra natura, es un acto normal que los dos partidos de derechas en el país se unan, resulta muy normal desde tiempos de Salinas de Gortari y las famosas concertacesiones[1] con Diego Fernández de Cevallos, así como la lealtad panista al salinismo posterior a la caída del sistema, en el año de 1988.
Por supuesto, habría que matizar a este panismo yucateco, pues a nivel estatal, fungió como el instrumento político que el pueblo tuvo para expresar su inconformidad contra el caciquismo y la falta de democracia.
Al preguntarle si existe una vena conservadora de un segmento poblacional de Yucatán para seguir votando por el panismo, Espadas Sosa me señaló que por supuesto existen ciertos valores conservadores, cierto tradicionalismo del yucateco afincado en su catolicismo, con animadversión a todo lo que huele a izquierda, y sin duda existe un tradicionalismo yucateco atrincherado porque las cosas no cambien.
En ese sentido, le pregunté al entrevistado qué papel jugó el Diario de Yucatán para general una opinión política que en algunos momentos se opuso al sistema priísta pero a la distancia es visto, por algunos críticos de izquierda, como un medio conservador. Espadas Sosa fue tajante en la defensa de ese diario, mismas ideas que comparto: es un hecho que lo mejor del pensamiento político, el arte, la ciencia y la literatura en Yucatán, abrevó de alguna u otra forma del Diario de Yucatán, y en los pueblos ni se diga, pues era el único medio que llegó a tener a mano tanto el obrero como el campesino, el estudiante y el trabajador, convirtiéndose en una antorcha de la vida social, política y cultural en Yucatán, ganándose con fuerza su título de “Diario de la Vida peninsular”. El periódico fundado por el siempre polémico Carlos R. Menéndez, se convirtió en un bastión de la libertad de expresión, de la lucha cívica y contra la arbitrariedad, fue un contrapoder y supo aquilatar la idea de generar opinión pública como garante de todas las libertades. Instrumento de lucha política de las clases populares, porque durante mucho tiempo, antes del internet, las redes y la instantaneidad de los medios de comunicación actual, fue el único medio donde el debate político se tomaba en serio.
Al preguntarle sobre la coyuntura política que viene, la lucha por la gubernatura entre un panismo yucateco que intentará hacer la hombrada en un momento muy adverso, y el crecimiento de Morena a nivel estatal y donde seguramente se retendrá la presidencia del país, el Dr. Espadas Sosa dio un somero análisis de cómo la izquierda yucateca vino, se fue y luego reaparece: “Hay una historia pendiente por realizar, y esa es la historia de la izquierda en Yucatán, y una asignatura por cursar, la historia del Partido Comunista en Yucatán”. Es una historia que arranca con las perspectivas liberales del XIX, irrumpe con toda la furia del siglo XX con Felipe Carrillo Puerto y los “soviets” yucatecos en el poder, y hasta en la década de 1930 se dio una presencia del Partido Comunista en Yucatán mediante la lucha sindical. Con el Cardenismo, las luchas de izquierda en Yucatán continuaron y se repartieron los henequenales y se formaron cooperativas y organizaciones obreras. Pero pasado esa vorágine de casi 30 años (1910-1940), el comunismo en Yucatán se fue marginando de la escena política, hasta quedar fuera del sistema de partidos y vivir en la clandestinidad organizativa. Su marginación corrió en el carril opuesto a la creación del PAN en 1939 y el arraigo del PNR-PRM-PRI y el pan mismo en los pueblos, durante la segunda mitad del siglo XX. Es un hecho, sostiene Espadas Sosa, que el Partido Comunista Mexicano, en Yucatán y en todo México, no logró un desarrollo territorial, que sí tuvo el priismo primero, y luego el panismo. La reforma política de 1979 realizada por Reyes Heroles, abrió el camino institucional al PCM, y de ahí la lucha en la palestra electoral comenzaría hasta desembocar en el año axial de 1988 donde el neocardenismo fue el punto de encuentro de todas las izquierdas mexicanas.
¿Cómo está en estos momentos la izquierda en Yucatán? Para Espadas Sosa, quien ha criticado la llegada de impresentables seguidores de Mauricio Vila en las filas de Morena, no se puede seguir tolerando un pragmatismo sin principios, un pragmatismo deleznable, pero más allá de la crítica fácil, Espadas Sosa es de la idea de que al político se le conoce por sus obras, y espera las propuestas de Joaquín Díaz Mena, el Huacho, para dar su opinión, ¿cómo aterrizará Huacho a la 4T en Yucatán. Suponiendo que Huacho obtenga el triunfo electoral en 2024, ¿en qué va a consistir su plan de gobierno? Urgen reformas al Poder Judicial en Yucatán, hay crisis institucionales por todos lados, está pendiente el debate por los derechos humanos y la seguridad, y cómo se abonará para el respeto de esta sociedad yucateca actual tan diversa a la de hace unas décadas. ¿Seguiremos en lo mismo, o habrá una diferencia en las plataformas de gobierno?
Que si Vila ya vendió la plaza, es un rumor creciente, pero no creo que suceda como lo que pasó en Quintana Roo, pues existe una diferencia cualitativa y cuantitativa entre el panismo yucateco con un enorme historial, y un panismo quintanarroense que ni en la epidermis ciudadana se quedó. Pero todo puede pasar, apunta Espadas Sosa, cuestionando a los trásfugas sin principios que abandonaron recientemente el PRI para irse en la tabla de salvación morenista o afincarse bajo la ceiba del conservadurismo panista, como ha sido el caso del cacique de Valladolid, Liborio Vidal, que amagó recientemente con pasarse a las filas de la 4T. Lo bueno que le cerraron el camino, pues la favorita del vallisoletano, Verónica Camino Farjat, no quedó para abanderar al morenismo en Yucatán. Lo cierto es que los poderes fácticos, la burguesía regional, los caciques de los pueblos, la iglesia y demás mafia organizada, estarán detrás de las estructuras electorales para el 2024. “En ese sentido – termina la entrevista con el Dr. Freddy Espadas Sosa-, intuyo que Renán no va a poder, aunque caiga bien porque le gusten las chelas”.
[1] La palabra concertacesión aparece incluso en el Diccionario de Americanismos de la RAE. En política, se trata de “ceder una posición partidista para llegar a un acuerdo”.