Por Gilberto Avilez Tax
Dicen que una foto vale más que mil palabras o mil discursos. El Rompeolas de este día habló de que la forma en política siempre es fondo, y que huele, a mil leguas a la redonda, en todo lo ancho del estado, que se avecina una mega alianza PAN-PRD y lo que queda de los detritus del otrora partido poderoso en Quintana Roo, el PRI, de donde salieron, hicieron escuela y crecieron casi todos los políticos de esa célebre foto: al menos cuatro gobernadores de los ocho gobernadores que ha tenido en sus 46 años de vida este estado, se presentaron para la foto. No pudieron estar dos porque, escándalo que no es escándalo, se encuentran en la cárcel por malos manejos y demás.
Pero sí estuvo el patriarca de todos, al pie del cañón y sin el cubrebocas necesario para tan pandémica celebración, don Jesús Martínez Ross, que con sus 86 años a cuestas es político retirado, solo está para los flashes y para ser sibarita de opíparos festines. Los que sí están en activo, aunque no se les vea en plan mitinero y placero, y que aparecen con el gobernador actual, es el chetumaleño Hendricks Díaz y el que fuera amo y señor de Quintana Roo durante eso que se llamó la “oncena trágica”, don Félix González Canto, portando una alba y lustrosa guayabera como en sus mejores tiempos de jefe del estado, pero ya con gafas porque la cincuentena de años comienza a dar los achaques visuales.
Igual ahí estaba el obsecuente Gustavo Miranda, presidente actual de la Jugocopo, en no tan sana convivencia, sin cubrebocas como todos los dilectos parroquianos del Mar Caribe. La foto fue sin duda una bola de nieve que movió todos los tugurios faceboqueros y de inmediato el mensaje que enviaron fue pescado por más de uno: aunque minutos antes, el gobernador había señalado desde la tribuna del Congreso local, que no había espacio para “politiquerías ni demagogias pues estamos gobernando junto a la gente para lograr el crecimiento de Quintana Roo”, lo cierto es que esas fotos que se tomaron tanto en el recinto legislativo como frente a la mesa del Mar Caribe, es más que politiquería, es política en todos los sentidos, es pacto que se avecina, es el Pacto del Mar Caribe que se firmó, como en los viejos tiempos, donde todos iban en bola, en “moloch”, donde el que se movía no salía en la foto. Y esta frase célebre y muy comentada en los mentideros de la vieja escuela priísta, en realidad la dijo un español que debió ser mexicano, Alfonso Guerra González, y que hacía referencia con el hecho de que, si te mueves, si no te cuadras con el jefe, no tendrás el hueso necesario.
El que no sale en la foto es porque no es parte de nuestra familia. Todos pescaron el mensaje: el TUCOM –Todos Unidos contra Morena- que inició en el Mar Caribe, el Pacto del Mar Caribe o la mega alianza que se avecina, tiene como único motivo, el defender el reino tropical que comenzó sus andanzas en las islas de las golondrinas hace 46 años una vez que se fue el último gobernador del Territorio y quedó la política del nativismo ramplón (que tuvo su razón histórica de ser), y que, esta vez y no como en 2016, corre serio peligro de ser modificado de raíz por una nueva y bullente clase política escorada en Cancún, donde figuras políticas novedosas son los hijos de los migrantes de todas partes que llegaron a forjar Quintana Roo y que no tuvieron cabida en la hegemonía que llegó a tener esa clase política que ayer se tomó la foto en el mítico Mar Caribe, la cantina detrás del congreso local y en donde se codeaban los grillos y los periodistas, en un tiempo cuando existía la ingenuidad en el paraíso tropical.
La democracia en Quintana Roo, hay que decir, no se afianzará hasta que no se da paso, no a la alternancia de partidos conservadores, sino que posibilite la llegada de regímenes de izquierda.
Esa es la lectura que debemos hacer de esa foto célebre de ayer: vengan todos, que corre peligro lo que se forjó hace 46 años, corre peligro porque “los bárbaros”, cobrizos y morenos, ya afilan sus luengas lanzas. Y para eso, para defender el reino, se hará uso de todos los ejemplares del manual de zoología fantástica del Caribe mexicano. La pregunta es, ¿les alcanzará?
Y mientras el conservadurismo hace su consabida chamba de reorganizarse, ¿qué hacen los morenos en el estado? Es un hecho que hoy más que nunca tienen que mirar más allá de sus querellas personales y de grupo, eso sin duda alguna.