Por Gilberto Avilez Tax
Este jueves fue un día triste para la Península de Yucatán y para México a nivel nacional: la muerte de Óscar Chávez, por Covid-19, nos golpeó a muchos que crecimos con sus canciones de protesta, de conciencia y de lucha. De algún modo, los discos del Caifán mayor ayudaron para el inacabado proceso de democratización en el país. Inacabado y, además, con esta contingencia global por el virus Covid, tal parece que las pulsiones autoritarias, cerrilmente autoritarias, regresan invocando discursos hipócritas de defensa sanitaria.
Eso está ocurriendo en muchos países, y en Yucatán ni que se diga, con municipios con una flaca tradición democrática. Es el caso del municipio sureño de Peto, gobernado desde 2018 por los restos del silvestre y vulgar priísmo local. Desde hace más de un mes, bajo el pretexto de vivir en una situación inédita a causa del Covid-19, y festinado por un gobierno de derechas estatal, en la Villa de Peto han ocurrido una serie de zancadillas al estado de derecho, a los derechos humanos, a la dignidad de las personas y al orden constitucional: desde “toques de queda”, cierre de “fronteras” municipales, y mucha presión mediática para no cuestionar y discutir las astracanadas de un gobierno local que, eliminando toda concordia que viene de instancias federales, se ha convertido en una especie de paisito municipal de dictadura bananera. Desde que inició la contingencia sanitaria por Covid, en el municipio de Peto han estado ocurriendo violaciones innúmeras a los derechos humanos de la gente por un gobierno de ignorantes, y una flaca ciudadanía que, sin trabajo la mayoría, no protesta porque, si lo hace, no recibe apoyos para esta contingencia.
La gota que derramó el vaso, sucedió hace menos de 48 horas: la muerte de uno de los hombres más lúcidos y sabios que he conocido, Bernardino Canul Xix (1959-2020), “Don Dino”, continuador de los trabajos de Rufino Chi –Rufino, junto con Bernardino, fueron los creadores del Nal Xoy, una semilla de maíz mejorada y resistente a todo tipo de plagas-; hizo que el Ayuntamiento de Peto, encabezado por un priísta vulgar, mal informara a la ciudadanía de ese municipio, alegando con suma falsedad que la muerte del guardián de las semillas, Canul Xix, se debió a Covid-19, cuando en realidad murió de asma. Las mismas autoridades estatales y sanitarias desmintieron al Ayuntamiento de Peto, pero su presidente insiste en decir la falsedad de que Bernardino murió de Covid, y hoy Xoy, me informa la gente de la comunidad, ha sido cercada: no los dejan pasar ni a Peto ni a Tzucacab para comprar medicamentos o mercancías. Existe gente con problemas de salud en Xoy que no puede acudir a recibir tratamiento médico en el Hospital Comunitario porque al energúmeno priísta alcalde de Peto, no le parece: ha dicho que “ninguno de Xoy pase”. ¿No se violentan los derechos humanos de los de Xoy? Los habitantes se sienten discriminados sin razón, siempre la discriminación es irracional, producto de la ignorancia.
La comunidad misma de Xoy, veía en Bernardino a uno de sus líderes agrarios, a uno de aquellos hombres sabios que ayudó mucho para la soberanía alimentaria, por darle las semillas de la milpa a los campesinos del sur y de toda la península con las “ferias de las semillas”, de las cuales él fue entusiasta participante, donde se propicia el intercambio de conocimientos y se refuerza a la comunidad maya. Bernardino, don Dino, fue querido tanto dentro como fuera de la comunidad, y por eso nos indigna sobremanera cómo una vulgar administración trata la memoria de don Dino.
Uno de los hombres que más conoció al guardián de la semilla, el activista y periodista maya, Bernardo Caamal Itzá, nos comentaba que Bernardino mejoró y luchó por las semillas del maíz, que fue uno de los “mejoradores de maíz nativo desde la perspectiva campesina”. El conocimiento de Canul Xix lo obtuvo del otro xoyense que debería estar escrito su nombre en cada libro de agroecología maya: Rufino Chi. A la muerte de Chi, Bernardino Canul Xix siguió esa línea de investigación campesina y mejoramiento del maíz, asesorado por el Doctor Luis Dzib, de la Universidad Autónoma Chapingo. Canul Xix pertenecía al colectivo Guardianes de las Semillas de Xoy, y al grupo estudioso de las cabañuelas mayas, el Xok K’iin. Es por eso que la comunidad de Xoy, los familiares de Bernardino, han elevado una protesta contra el Ayuntamiento priísta de Peto, exigiendo disculpas públicas por falsear información.[1]
En entrevista que le hice esta mañana a Bernardo Caamal Itzá, me comentó que el Covid-19 está justificando entradas de dinero mal habido en la Villa de Peto y de todo el municipio, pues los clandestinos y la venta de droga han brotado como hongos en tiempos de lluvia, y el alcalde, el primer vendedor de cervezas de esa Villa, no busca más que entradas de dinero manchadas de corrupción. Señala Bernardo algo que hay que apuntar: la idea de que este Ayuntamiento le tiene rencor a los de Xoy, porque como ejido ha sido el más autónomo, el que ha defendido su ejido con la ley en la mano, y el difunto Don Dino fue uno de los líderes más aguerridos. Previo a su muerte, los familiares de Bernardino Canul Xix lo llevaron a Peto para que fuera atendido de su asma crónica, pero no los dejaron pasar: dos horas, de 12 del día a 2 de la tarde, estuvieron en el retén, en pleno sol, esperando que alguien se dignara para que pasaran. De Peto, fue enviado a Mérida, y de ahí a Tekax. En Tekax murió, se le hizo estudios y no resultó positivo a Covid. A pesar de eso, el Ayuntamiento priísta de Peto insiste que murió de Covid. Miente de forma alevosa, hasta inventa actas de defunción de forma criminal.
Xoy se ha caracterizado por ser un pueblo autónomo, hay estudios etnográficos e históricos (no me quiero auto citar) que avalan su autonomía, algunos cronistas recientes lo han señalado como el pueblo “custodio del maíz y de la religión maya”. El difunto Severiano Cauich, otro de aquellos líderes de la comunidad, durante casi treinta años organizó el Ch’a’a cháak más grande de toda la Península: participaba todo el pueblo y pueblos circunvecinos, en un inmenso ritual maya de pedimento de lluvias, durante la segunda semana de agosto. Del mismo pueblo es la semilla nativa más importante creada por manos mayas, el Nalxoy (de Nal, elote, y Xoy, nombre del pueblo), que se caracteriza por su gran resistencia a las plagas y a la sequía y da muy buenas cosechas.
No podemos obviar y pasar por alto que, en varios pueblos yucatecos, todavía existen esas divisiones “interétnicas” entre la sociedad maya y la sociedad mestiza. ¿Por qué los dzules y hasta los ka’as dzules de Peto le tienen odio a la comunidad de Xoy? No es la primera vez que un gobierno municipal intenta fragmentar con vileza rastrera a la comunidad. “Don Dino” fue el comisario ejidal que en la década de 1990 le dijo NO al PROCEDE salinista.[2] Y años después, cuando un gobierno panista les quiso quitarles una parte de su ejido, los de Xoy dijeron no de nuevo. En enero de 2014, contra la voracidad de Telmex y sus paniaguados municipales, los campesinos otra vez dijeron no para defender su ejido. El No es el derecho que todo hombre y mujer libre ha ganado a base de coraje y lucidez.
Los caciques priístas y panistas de Peto le tienen rencor a los de Xoy, porque ellos han practicado la autonomía de todas las formas posibles: haciendo sus milpas, invocando a “los yumtziloobs” (chaques, balames y aruxes) con sus rituales agrícolas, defendiendo sus derechos como pueblo maya, creando semillas mejoradas y siendo guardianes de ellas.
De Canul Xix, el agrónomo maya Bernardo Caamal Itzá ha escrito un texto interesante que podemos leer en El blog del Arux: Bernardino Canul Xix y sus aportes a la agricultura maya peninsular,[3] donde encontramos la liga del documental Ko’one’ex Kaláantik Ek Ixi’im / Cuidemos nuestro maíz, del ingeniero Alberto Vitorín, en el que podemos apreciar las contribuciones a la defensa de la milpa y las semillas nativas, realizado en vida por Bernardino Canul Xix, quien sin centros de investigación y sin apoyo alguno del estado, dio más aportes a los estudios agroecológicos que cualquier “investigador” cargado de títulos.[4] Bernardino, con palabras sencillas, decía de su trabajo: “Yo sé que vengo a hacer algo bueno, a hacer mi trabajo, a cumplir y a trasmitir conocimientos. Porque nuestras variedades [de maíz] no queremos que se extingan, que se pierdan, queremos tener la mayor parte de variedades que lo han trabajado nuestros abuelos, nuestros ancestros. Y tratar de dejárselo a los que vienen detrás de nosotros con una sabiduría buena, con una buena calidad, es nuestra mentalidad, tratar de tenerlo y dejarlo en buenas manos, a nuestros hijos y a los que vienen detrás de nosotros. Conservar el maíz es sembrarlo, sembrarlo ciclo tras ciclo, que es año tras año”.
Si existe el ejemplo de un “sabio local”, ese fue Bernardino Canul Xix. La perspectiva intercultural en la educación nos insta al diálogo franco con los campesinos, en un horizonte de apertura epistémica. El enfoque intercultural pone como baluartes del conocimiento, no al “experto” graduado en un postgrado abstruso con temáticas imbebibles, sino a la gente de los pueblos, del hablar sencillo y lleno de sabiduría, a los campesinos que hacen reverdecer la milpa, conservarla “año tras año”, “ciclo tras ciclo”.
Siempre les digo a mis alumnos: el conocimiento es colectivo, una construcción de todos, mía y de ustedes y de ambos, no debemos quedarnos en esta aula cerrada donde se corta el pensamiento y la imaginación, hay que salir de ella y adentrarnos en la comunidad, regresar a la comunidad.
Creo que esas enseñanzas pedagógicas, antes de haber leído a los teóricos de la interculturalidad, a tanto bulto cargado de letras y de títulos, lo aprendí conviviendo con campesinos del sur de Yucatán, con los campesinos de Xoy como Bernardino Canul Xix y Severiano Cauich, pero también de Peto, de Tahdziu, de Ichmul o de Dzonotchel.
Hoy Bernardino nos ha dejado. Sufría de una larga dolencia de cadera que necesitaba cirugía, sus amigos contribuyeron, pero no alcanzó el recurso. Hoy su espíritu se ha liberado y ha emprendido el camino oscuro donde pronto aparecerá nuevamente en el horizonte como un haz de luz iluminándonos con su sabiduría.
Postdata
Va un poema a Bernardino:
Los falsos hombres podrán hablar
de ti maravillas vacías,
pero tú estás más allá de este tráfago de vida, Bernardino.
Tu sabiduría ha brotado como esas nubes que vuelan alto a lo lejos.
Te has vuelto en uno de los guardianes
del monte sagrado de tu pueblo,
en un arreador de la lluvia,
en un espigador de la esperanza.
¡Tu vida es camino que germina!,
y esa vida la defendemos con uñas y dientes, Bernardino.
No estoy, nunca he estado para el silencio.
Defenderé con el grito y el canto
la memoria del guardián de la semilla.
[1]https://culturamayahistoriasanecdotasyucatanmagico.wordpress.com/2020/04/30/familia-de-don-bernardino-canul-xix-exige-una-disculpa-publica-al-presidente-de-peto-por-senalarlos-como-portadores-del-virus/
[2] Véase mi texto: https://gilbertoavilez.blogspot.com/2013/01/pero-nosotros-tambien-no-somos-tontos.html
[3]https://culturamayahistoriasanecdotasyucatanmagico.wordpress.com/2019/09/09/bernardino-canul-xix-y-sus-aportes-a-la-agricultura-maya-peninsular/
[4] Véase el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=auMv0jOI8Ww&feature=youtu.be