Gilberto Avilez Tax
¿Recuerdan? Mucho de lo que vivió en sus últimos días el desaparecido Hernán Pastrana se debió a los que hoy, teledirigidos desde Cancún (vía los enroques, amarres y componendas del Grupo Tabasco), quieren arrebatar a como dé lugar todas las piezas del ajedrez político regional, y con esto asegurar el triunfo de lo que desde ahora ven seguro: la candidatura morenista de Lezama hacia la gubernatura, con la marca tan vituperada de ese partido, pero con el sello de un presidente que todavía conserva su popularidad. Si no pudieron con Playa del Carmen porque a Playa la disputan los dos o tres grupos políticos que se pelean la plaza desde Cancún y la isla de las golondrinas, Chetumal era la tierra prometida: 50 mil votos le dieron una vez el triunfo a un gobernador, 50 mil votos necesarios, y no hay que dejar nada a la expectativa. Un municipio que al parecer tenía asegurado y controlado el último bastión del alicaído maribelismo, tendría que ser asegurado para la causa cancunense vía las escamas pochitoqueras que se atrevieron hasta enviar a una candidata a diputada fuereña, en busca del voto entre los mayas sin hablar ni una pizca de maya.
Chetumal es una tierra de pasiones atrabiliarias; cuando se supo que Luis Gamero Barranco iba a ser el bueno por “imposiciones” o componendas entre Oscar Cantón Zetina y el maribelismo, la jauría de los que pujaban por ese puesto se hicieron presentes en conatos de bronca a las afueras de un hotel en Chetumal en marzo pasado donde se negoció las planillas; aquella vez algunos precandidatos mostraron su rechazo manifiesto al “delfín” del inefable Otoniel Segovia, y entre los que descollaron en el rechazo, en los manotazos y los discursos de indignación barroca, era el jubilado profesor Laurentino Estrella Chan, quien alegaba derechos de prelación, de fundación, de puridad y otras perlas de imaginarias bondades. ¿Por qué no a Laurentino? Estrella señaló que Gamero actuaba como un faccioso, no haciendo una planilla de unidad, siendo nepotista (puso como su suplente a su pareja) y actuando bajo la sombra del cuatismo, del viejo amiguismo. Hoy, Laurentino se presenta como “Candidato No Registrado a Presidencia Municipal de Othón P. Blanco”, y el desbarrancadero de Gamero le hace entrar de nuevo a la jugada por abanderar a Morena en Chetumal.
Estrella Chan, que se da baños de pueblo y recorre las aldeas del enorme municipio de OPB a veces en un jamelgo macilento, fue uno de esos “puros” que en diciembre del año pasado se fue en contra de la nueva delegada de Morena estatal por órdenes de su jefe, el felixista Pech Várguez. Según los estatutos de ese partido, a Estrella Chan ya lo debían de haber expulsado, pero a falta de eso, lo de Gamero pone en un primer lugar al “Profe Lau”, si es que su patrón, el Senador, puja para que él y no un borroso “marista” ocupe el puesto que dejó el “energúmeno” “maribelista”.
Por cierto, Pech Várguez, me comentan, ha roto relación con su antes cercana discípula, Yensuni Martínez, la que hizo que la Sala Xalapa desbarrancare al barranco de Gamero por violencia de género, porque este no la quería de síndico. Uno pensaba que Martínez seguía siendo cercana al Dr. Pech, pero el comentario que me dice alguien cercano, es que “la ambición desbordada” de la némesis de Gamero, la hizo mirar a nuevos puertos y horizontes, olfateando lo que todos piensan: que la desangelada presidenta de Cancún, ayudada por sus tratos con el Niño Verde, será la primera gobernadora del estado. Pech Várguez resultaba, ¡pues!, prescindible.
Gamero cavó su propia tumba por demostrar todos los vicios de un político principiante y avorazado, con amplio apetito de querer quedarse con todos los puestos para sus amigos, y no abierto a la negociación. Lo hizo al otorgar la suplencia al dueño de sus quincenas, lo hizo con Estrella Chan, lo hizo con la que lo llevó a la parte más recoleta de su segundo apellido: al barranco.
Pero recordemos: los que ahora ya no están con el “Senador”, al principio actuaron siguiendo sus designios para minar y descabezar a un presidente municipal electo legítimamente con el voto popular. Me refiero al desaparecido Hernán Pastrana. La oposición dentro de su administración, instigado a la mala por los que en esos momentos eran testaferros y lacayos del Pechismo; esta frontal oposición que buscó las vías de hecho y de derecho para “desbarrancar” a Pastrana, fueron minando poco a poco la salud del viejo político chetumaleño al cual AMLO le dio la oportunidad para representar a su partido, en la contienda de 2018. Su muerte, ocurrida a fines de marzo de 2019, fue la consecuencia de esa política callejera de caníbales tropicales, de ambiciosos inmoderados; y esa política de caníbales ambiciosos es la que actualmente está más que presente en Chetumal, quedando menos de dos semanas para el fin del tiempo de campaña política. Por eso, considero que la opción correcta para sustituir a Gamero no tiene que provenir de estas facciones, pero dudo mucho que así sea, dudo mucho que los tabasqueños sedan el terreno de sus vulgares ambiciones personales.