Por Gilberto Avilez Tax
A propósito de un artículo de Noticaribe Peninsular
Cuando Jorge González Durán publicó su libro La rebelión de los mayas y el Quintana Roo chiclero” (1974), ponía una pieza importante, en el análisis historiográfico de la construcción del estado en Quintana Roo, para entender los procesos históricos y económicos del siglo XIX y XX acaecidos en estas tierras, que dieron como consecuencia la creación del estado de Quintana Roo, en ese mismo año de 1974.
Posteriormente, picado por el afán historiográfico, en 1978 González Durán daría a la estampa un texto de más hondura y calidad literaria: Los rebeldes de Chan Santa Cruz, causando inmediata polémica en los sectores más “marxistamente” conservadores de Mérida, como los debates que sostuvieron en torno a los libros de González Durán, los desaparecidos intelectuales Antonio Betancourt Pérez (defensor de González Durán) y Fidelio Quintal Martín, que en su plan de detractor, se arrogaba, para esos años, como el fiero cancerbero para interpretar la Guerra de Castas desde sus lecturas maoístas, tachando de literatura burguesa lo escrito por González Durán.[1]
Estos dos textos posesionaron a su autor como un joven literato inclinado a la historia y con una mirada fresca desde el oriente de la Península sobre estos temas tan relevantes para un reciente estado que se constituía y que apelaba, no solo a la infraestructura carretera y turística que recién se iniciaba, sino hasta a la literatura y al incipiente trabajo historiográfico, para agenciarse una identidad que hoy es incuestionable, la identidad quintanarroense que se enriquece y singulariza con la etapa del chicle pero descansa más lejos todavía, se afinca en el hecho que hoy conmemoramos: la Guerra de Castas, iniciada en los montes de Tepich hace 173 años.
[1] Antonio Betancourt Pérez. Rebeldes de Chan Santa Cruz : una polémica Betancourt Pérez vs Fidelio Quintal/ [comp.] Jorge González Durán. Mérida, Yucatán. Carta Peninsular, 1980, pp. 57.