Uno de los problemas más complejos que enfrenta la gobernadora, Mara Lezama, es el excesivo poder que detenta frente una oposición empequeñecida e instituciones democráticas inoperantes.
Además de estar al frente del Ejecutivo, la comunicadora tiene el control absoluto del Legislativo, con una mayoría absoluta y copeada de la 4T, y con un muy afín, al frente del Poder Judicial.
Anoche, el Congreso del estado, aprobó un ex exhorto para que la Secretaría del Bienestar (que encabeza Pablo Bustamante, del PVEM) no use colores partidistas en la tarjetas de programas sociales ni en uniformes de la dependencia.
Si bien es un exhorto, que podría ser un llamado a misa, es la figura legal que aplica en este caso.
Los diputados no se mandan solos y obvio que vino desde el Ejecutivo la venia para que “pase” el exhorto en el Pleno.
Lo cierto, es que se generó todo una polémica por el uso de los colores guinda y verde en la tarjetas “Mujer es Vida”.
La polémica superó a los beneficios que implica la tarjeta, lo que lejos de significar un rendimiento para la Gobernadora y sus aliados, significó detrimentos.
Fue una demostración de poder innecesaria partidizar las tarjetas y la Secretaría del Bienestar.
El uso del poder también implica corregidor errores y cambiar de opinión.