• En la Legislatura XVI obtuvo 19 curules; en la XVII, 20; y en la próxima XVIII alcanzará 21 diputaciones.
Por: Jorge A. Martínez Lugo
El principio jurídico de que todo poder necesita contrapesos o equilibrios, no aplica en Quintana Roo en la era 4T, que significa un retroceso a la edad media priista, debido a una legislación que no pone freno a la sobre representación.
En pocos años, en Quintana Roo, lo que se conoce como 4T, pasó de no existir en 2106, a tener, más que hegemonía, el monopolio completo de las últimas tres legislaturas.
La contradicción o incongruencia, es que los partidos que arrasan en las diputaciones de mayoría, además, acaparan las plurinominales.
En la XV Legislatura de 2016 la 4T no tuvo diputado o diputada, no existía; aunque el Verde en alianza con el PRI obtuvo 5 curules y el PRI 10.
En la XVI Legislatura de 2019, aparece la 4T dominando de pronto 19 diputaciones (Morena 11, Verde 5 y PT 3).
En la actual XVII Legislatura de 2022, tiene 20 diputaciones (Morena 10, Verde 9 y PT 1).
En la próxima XVIII Legislatura de 2024, tendrá 21 diputaciones (Morena 13, Verde 5 y PT 3).
La democracia moderna en Quintana Roo parece haber retrocedido a la edad media política de la era priísta.
En las últimas tres legislaturas, la oposición en el Palacio Legislativo de Punta Estrella, ha sido testimonial y así será en los próximos tres años, en donde José Luis Pech, Filiberto Martínez (si es que lo dejan llegar) y Reyna Tamayo, jugarán el mismo papel que en la legislatura saliente jugaron Maritza Basurto, Candy Ayuso y Cinthia Millán, únicos opositores.
Mientras no se ponga freno a la sobre representación, seguiremos en una democracia medieval.